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B. O.
VALL DE GALLINERA.
Sábado, 11 de noviembre 2017, 00:55
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Los vecinos de la Vall de Gallinera están «hartos» de la actitud de los cazadores de la zona que «siguen cometiendo ilegalidades durante las batidas». Por ello piden al Consell que ponga freno a su forma de proceder «con medidas más estrictas y más controles».
Se trata de una situación que se repite «año tras año», indican. Según explican, los cazadores siguen sin informar ni señalizar «debidamente» de las batidas de caza mayor en el término municipal. Un problema que afecta tanto a los vecinos como a los turistas que llegan a la zona para realizar rutas senderistas. Y se repite «casi todos los fines de semana, que es cuando vienen más cazadores». Algunos vecinos y visitantes se topan con algunos cazadores que les «recomiendan» no seguir por el camino por el que discurren por no ser seguro. A veces, tan solo se encuentran un pequeño cartel enganchado a una cuerda que les impide el paso.
En otras ocasiones, los senderistas se ven «intimidados» en pleno paseo por varios perros, «la mayoría de las veces van niños en las excursiones y la gente teme que pueda pasar alguna desgracia».
También denuncian que los cazadores «casi siempre» se salen de los límites del coto y atraviesan zonas abancaladas privadas. Para los vecinos eso supone «un peligro, porque muchos aprovechamos los fines de semana para ir al huerto y recoger la cosecha o realizar otras tareas». Aseguran que «en más de una ocasión» se han producido disparos a escasos metros de donde faenaban y «algún día pasará alguna desgracia».
Asimismo, afirman que la situación ha provocado enfrentamientos entre los que están en contra de las batidas y los que forma parte de la sociedad de caza. Alguno va más allá y señala a algunos cazadores como responsables de algunos actos vandálicos sucedidos en los últimos meses como la tala de árboles o el destrozo de la barandilla de una senda. Pero no se atreven a dar sus nombres por «miedo a represalias».
En la Vall de Gallinera saben que el problema de los cazadores es «una batalla casi perdida» por el Ayuntamiento. El pasado año el ejecutivo local mantuvo una reunión con la mayoría de ellos para transmitirles las quejas vecinales y pedirles que cumpliesen las normativas. También se habló del pago del canon por el uso del coto de caza, que según apuntan desde el consistorio «no se está pagando». A pesar de aquel encuentro, los vecinos insisten en que los cazadores «siguen actuando a sus anchas, como si fueran ellos los que tienen derechos sobre el resto de vecinos, es preciso que la Generalitat haga algo para terminar con esta situación».
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