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ALFONSO JORDÁ
TEULADA.
Miércoles, 1 de noviembre 2017, 00:52
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El Auditori de Teulada Moraira acogió el pasado domingo un singular e interesante concierto dedicado a la música coral barroca italiana, que logró una gran entrada de público. Los espectadores pudieron disfrutar de obras tan significativas y excelsas como el 'Stabat Mater' de Pergolesi, el 'Adagio para órgano y cuerdas' de Albinoni y el 'Gloria' de Vivaldi.
Sobre el escenario estuvieron cerca de 60 artistas de reconocida valía, como el Coro de Cámara de Valencia; los Valencia's Classical Soloists; el organista Javier Sáez Docón; la mezzosoprano de Crevillente, Sandra Fernández; y la soprano de Sant Cugat, Júlia Farrés. Todos dirigidos por el maestro de Gandia, Óscar Creus.
Resultó un concierto de los que se prodigan poco en estos tiempos, pero que gustan e incluso entusiasman. En primer lugar, por las obras escogidas, y en segundo por contar con buenos intérpretes.
En este sentido, todo fue destacable, desde un Coro de Cámara de Valencia en estado de gracia que cantó equilibradamente, con buen gusto, perfecta afinación y muy buena pastosidad vocal; hasta la mezzosoprano y la soprano, que mostraron un alto nivel en obras de tremenda dificultad vocal y lucieron una magnífica línea de canto que indudablemente realzó la hermosura de las composiciones de Pergolesi y Vivaldi.
Un momento de alta concentración, tanto de público como de artistas, llegó al principio de la segunda parte con la interpretación del bellísimo 'Adagio' de Albinoni con el reconocido organista Javier Sáez Docón de solista. Todos llegaron a niveles artísticos muy estimables.
También como concertino de la orquesta y con una parte solista importante aquí, actuaba Evgeni Moryatov. Este violinista nacido en San Petersburgo tiene una consolidada trayectoria, tanto como de solista como de miembro de orquestas europeas y americanas de relevante prestigio, y ha trabajado con directores como Lorin Maazel o Zubin Mehta.
Moryatov contribuyó a dar fuerza y envergadura a una orquesta de cámara que ya de por sí contaba con músicos profesionales muy experimentados. Todo ello dio como resultado global un óptimo rendimiento, gracias también al buen hacer del director de orquesta, que puso todos los recursos de un gran concertador al servicio de todos, especialmente de la música, que sonó siempre con refinación y fidelidad al barroco italiano.
El concierto concluyó con muchos aplausos al final y un bis, el conocidísimo 'Coral' de la Cantata BWV 147 de Johann Sebastian Bach, que puso al público en pie.
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