Las fiestas josefinas se cerraron el domingo en Dénia con dos de los momentos más emotivos para las falleras mayores de la ciudad, Inés Alacreu y la pequeña Mar Cabrera, y para las falleras de las comisiones. El primero de ellos se produjo en la ofrenda de flores a la Mare de Déu. Pero cuando más lágrimas se vieron en la cara de los festeros, grandes y pequeños, fue durante la cremà, cuando las llamas consumieron sin piedad los monumentos que tanto trabajo les había costado. Solo se salvaron los dos ninots indultats de Centro.