Un lugar para disfrutar de los sabores del mar de Dénia

¿Te has preguntado alguna vez a qué sabe el mar de Dénia?. La respuesta es bien sencilla si la buscas en el lugar adecuado de esta ciudad, hoy más turística que nunca e invadida por el jolgorio veraniego. Una ciudad que conserva rincones que son la esencia de la gastronomía marinera que ha dado renombre a Dénia como Ciudad Creativa de la Gastronomía de la Unesco.

Y hay que buscar en los sitios de antaño, en los restaurantes donde la tradición culinaria pesa más que una estrella Michelin y donde se mima a conciencia el producto que ofrece el mar cada día. En El Marino de Les Rotes sus platos saben al mar de Dénia, a pulpo, a calamar, a déntol, a sardina, a eriçons, a cigalas y... a gamba roja.

Bati Bordes lleva el timón en solitario desde 2002 de este restaurante familiar que fundaron sus abuelos en 1949 y continuaron sus padres después. Pero desde muy niño jugó en su cocina y la barra de aquel viejo bar donde sólo se servían vinos y marisco de Dénia y posteriormente se fue especializando en el tapeo después.

Aquel niño creció y se hizo cargo de esa cocina tradicional, incorporó arroces y diversificó la carta de tapas. Pero siempre guardando fielmente el secreto de su familia, que no es otro que comprar a diario el pescado fresco en la lonja dianense. Y aquí, casi sin quererlo, se desvela el enigma: El Marino capitaliza los sabores del mar de Dénia.

El restaurante El Marino Les Rotes, junto a la conocida Marineta Cassiana, donde ofrece una carta más completa, se ha convertido en el buque insignia de los tres establecimientos que regenta Bati.

Para ir de tapeo o de cañas uno puede perderse en El Marino Port, junto a la oficina de Turismo, o dejarse caer por La Barra del Marino, en la plaza Mariana Pineda, para relajarse.

En los tres establecimientos siempre prima la calidad de los productos, y de ahí, el éxito indiscutible respaldado por muchos años de dedicación a la hostelería.

Y como la oferta gastronómica de Dénia es tan amplia y diversa, en El Marino siempre han buscado ese punto que les diferencie de los demás. De esta manera, sólo en este restaurante se puede degustar un arroz con pulpo y tomates secos que envuelve de aromas y sabores el paladar de cada uno de los comensales.

Al atardecer, todos los días, se prende fuego a la barbacoa donde después las brasas dorarán los pescados adquiridos esa misma tarde en la lonja de Dénia. Pescado fresco a la brasa, trinchado de atún, e incluso para los carnívoros ternera gallega, componen las viandas que han hecho de El Marino un establecimiento reconocido más allá de Dénia y la Comunitat Valenciana.

Bati explica que participan en «todo lo que podemos para promocionar Dénia y su gastronomía. Hemos estado en ferias, en Bruselas, en San Sebastián, en Madrid, en Xàbia, y en numerosos eventos gastronómicos donde defendemos siempre nuestra ciudad como destino gastronómico». No en vano, lo que en Dénia se cuece, es referente del turismo nacional que encuentra en la cultura gastronómica un motivo por el que desconectar de las rutinas.

En El Marino se puede almorzar desde 4,50 euros y comer con un menú completo con arroz por unos 20. Después está el marisco, que «siempre lo hemos tenido y no podemos dejar de tenerlo», porque es un producto que se ha puesto tan caro de origen que no se gana dinero a «no ser que se cobre a un precio muy alto y no es el caso de un restaurante familiar como el nuestro».

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