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Miles de personas celebran el resultado del referéndum. REUTERS

Irlanda vota por amplia mayoría por legislar el aborto

El resultado, 66,4% contra 33,6%, es «la culminación de una revolución tranquila», según el primer ministro

Iñigo Gurruchaga

Sábado, 26 de mayo 2018

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«Lo que estamos viendo hoy -por este sábado- es la culminación de una revolución tranquila en Irlanda en los últimos diez o veinte años», ha afirmado el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, para explicar la victoria, 1.429.981 votos contra 723.632, con la participación más alta en un referéndum irlandés, 64.5%- de los partidarios de regular por ley la provisión de servicios médicos para la interrupción del embarazo, en la consulta celebrada el viernes sobre la reforma de la Constitución.

Varadkar señala que la consulta no ha dividido al país, porque dos tercios de los electores han votado en favor de la reforma. Gana también entre mujeres y entre hombres, entre diferentes generaciones. En la circunscripción de Donegal, en el noroeste de la isla, se registró la única mayoría del 'no' entre los 40 distritos electorales. En Dublín, el voto agregado del 'sí' supera el 75% de los votantes.

El Gobierno presentará antes del fin de año el proyecto de ley que regulará el aborto, cuyo borrador tiene menor apoyo que la enmienda, según los sondeos. Lo permite sin justificación legal hasta las 12 semanas y lo condiciona hasta las 24- plazo máximo de inviabilidad independiente- a que exista un grave riesgo para la salud mental o física de la madre, certificado por dos médicos, o a que el feto padezca una deformidad que no le permitiría vivir.

Portavoces de las dos campañas no identificadas con un partido específico, Unidos por el Sí y Amas a Ambos, por el 'no', han mostrado su sorpresa por la magnitud del resultado proyectado, que se encuentra en la franja alta de lo pronosticado en los sondeos. John McGuirk, portavoz de una de las campañas del 'no' ha afirmado que la decisión «es una tragedia de proporciones históricas».

La revolución tranquila sería la acumulación de reformas constitucionales que, en palabras de Micheál Martin, líder del principal partido de la oposición, Fianna Fáil, cambian «la balanza entre las creencias personales y el grado en el que queremos imponerlas en las leyes». En 1995, se reformó la Constitución para regular el divorcio (50.3%-49.7%). En 2015, para permitir el matrimonio gay (62.1%-37.9%).

Este referéndum revierte el celebrado hace 35 años, promovido por el movimiento Pro Vida, en el que se añadió a la Constitución la prohibición expresa de interrumpir el embarazo con un apoyo del 66.9% frente al 33.1%. El texto de la ley básica irlandesa invoca en sus primeras palabras a la Santísima Trinidad, «de la que procede toda Autoridad, y a quien en última instancia, todas las acciones de los hombres y de los Estados deben referirse».

Iglesia

El 87% de los que votaron 'sí' dijeron a la radiotelevisión pública irlandesa, RTÉ, en un sondeo a pie de urna que tomaron su decisión por el conocimiento de experiencias personales que conocían en su círculo de relaciones o que han sido divulgadas por los medios de comunicación. El 73% de todos los votantes manifestaban que habían tomado su decisión antes de la campaña.

El resultado refleja la disminución de la influencia de la Iglesia Católica en un país en el que ha sido la fe del Estado, formado como consecuencia de la rebelión contra el dominio británico, que incluía su respaldo a la hegemonía protestante. Hoy, el presidente de la República, Michael D. Higgins, no es religioso y el primer ministro, Leo Varadkar, es gay.

La Iglesia, que recibirá al papa Francisco en agosto, no ha tenido un papel de primera línea en la campaña. Ha sufrido en las últimas décadas el desprestigio de sucesivas investigaciones sobre abusos sexuales de menores, que han desvelado episodios horrendos. El 30% de los que votaron 'sí' van a misa una vez por semana o una vez al mes.

El resultado es otro éxito de Varadkar, cuya popularidad ha crecido como consecuencia de su posición firme en la negociación del 'Brexit' para que no provoque la creación de infraestructuras de control fronterizo entre las dos Irlandas. El principal partido de la oposición, Fianna Fáil, se ha dividido por la mitad en torno a la reforma. El Sinn Féin ha tenido también disensiones, aunque de menor entidad.

El resultado crea dificultades al unionismo pro-británico, mayoritario en Irlanda del Norte. Viejo refugio de los ciudadanos del sur para obtener preservativos o píldoras contraceptivas y legisladora liberal del divorcio, la provincia del norte mantiene una legislación restrictiva del aborto, diferente a la del resto de Reino Unido. El Partido Democrático Unionista resiste la demanda del Sinn Féin.

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