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La primera ministra británica, Theresa May. Afp I Atlas

Theresa May se prepara para «cualquier resultado» en la negociación con la UE

Las toses y quiebras de su voz tiñen de angustia el lamento de la líder conservadora sobre su fracaso electoral en junio

Íñigo Gurruchaga

Manchester

Miércoles, 4 de octubre 2017

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Theresa May ha pedido disculpas a su partido por perder la mayoría en el Parlamento con su convocatoria de elecciones anticipadas el pasado junio y ha afirmado, en un discurso con muy breves referencias al 'Brexit', que su Gobierno avanza en los preparativos para cualquier resultado en la negociación de Bruselas. Pero sus palabras de clausura de la conferencia anual de los conservadores fueron afectadas por toses y pérdidas de voz.

Había algo de metáfora sobre las circunstancias en las que se encuentra la líder conservadora en el prolongado drama que ha seguido a sus primeras toses, cuando no había llegado a la mitad de su discurso. Durante cerca de media hora, su audiencia la observó batallando en el estrado, bebiendo agua, tosiendo, perdiendo la voz. Pareció que tendría que abandonar el empeño. Pero logró concluirlo, con ella y los miembros de su partido igualmente exhaustos.

Las circunstancias de May son extrañas. Reino Unido nunca ha tenido un mayor número de personas trabajando, el desempleo es el más bajo desde hace once años, la inversión extranjera en el último ejercicio ha sido mayor que en ningún otro país de la Unión Europea, en las elecciones de junio los conservadores liderados por ella obtuvieron la mayor proporción del voto desde la victoria de una Margaret Thatcher en 1983, tras la victoria en la guerra de las Malvinas.

Pero, cuando los sondeos le prometían una victoria aplastante, May decidió en las vacaciones de Semana Santa que, contra todo lo que había dicho hasta entonces, convocaría elecciones anticipadas. Ha agradecido hoy a los miembros del partido su trabajo, "pero no obtuvimos la victoria que queríamos porque nuestra campaña nacional falló". "Fue excesivamente programada, demasiado presidencial, permitió que el Partido Laborista nos presentase como la voz de la continuidad", ha dicho. "Acepto mi responsabilidad. Lo lamento".

Ha insistido en el verano y en los últimos días en que no dejará su puesto, que quiere liderar la campaña de las próximas elecciones, que tendrían que celebrarse en 2021. Muy pocos creen que celebrará como primera ministra la Navidad de 2019 y sus rivales toman visiblemente posiciones para sustituirla. Ha tenido que abandonar todas las promesas electorales- escuelas selectivas, participación de empleados en empresas, nuevo voto sobre la caza del zorro,..- que llevaban su firma.

La audiencia ha aplaudido con afecto la petición de perdón, pero el contexto general de su mandato, la estructura de su discurso y la constante batalla con su voz no han ofrecido oportunidades para el júbilo partidista que se expresa en estas ocasiones. No ha mencionado las divisiones de su Gabinete y sobre el asunto que divide a sus filas y al conjunto del país, el 'Brexit', ha dicho muy poco.

Presidencial

"Creo que el éxito de las negociaciones nos interesa a todos hondamente", ha dicho. "Pero sé que algunos están preocupados por saber si estamos preparados si no se logra. La responsabilidad del Gobierno es preparar cualquier resultado. Permitidme que os asegure a todos en esta sala que eso es exactamente lo que estamos haciendo". La deducción es que las preparaciones no se han terminado y que Londres necesita todo el tiempo previsto en el calendario de la negociación; en términos prácticos, doce meses.

Como la sobrecarga en la agenda parlamentaria de la tramitación del proyecto de ley que incorpora la legislación europea a la británica para evitar el vacío legal en el momento del 'Brexit' limita el espectro de iniciativas de su Gobierno, May ha divagado sobre sus temas conocidos, el lugar central que la compasión ocupa en su vocación política y la promesa del "sueño británico", resumido en que los ciudadanos confíen "en que sus hijos vivirán mejor que ellos, en que tendrán la oportunidad de llevar una vida feliz, exitosa y segura, en que puedan ser lo que quieran ser".

Ese sueño no puede cumplirse en el caso de muchos británicos, especialmente los jóvenes, porque los precios de las viviendas no corresponden con los salarios. May ha resucitado el presidencialismo que lamenta retrospectivamente sobre la campaña electoral afirmando que se hará cargo personalmente de una nueva política de construcción de viviendas sociales. Pero los detalles caían entre los cristales rotos de su voz, y la audiencia de Mánchester y del más allá deseaba angustiada simplemente que pudiese terminar, para partir todos hacia el 'Brexit' tras la líder herida.

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