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Un niño sirio, evacuado de entre los escombros, tras los bombardeos en la ciudad siria de Alepo.
El doctor Waseem, el último pediatra de Alepo que eligió arriesgar su vida

El doctor Waseem, el último pediatra de Alepo que eligió arriesgar su vida

El exjefe de Médicos Sin Fronteras en Alepo describe al médico como una persona honesta y comprometida

r. mendoza

Viernes, 29 de abril 2016, 09:48

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Los bombardeos registrados en la ciudad siria de Alepo durante la noche del jueves redujeron a escombros un punto neurálgico para la ciudad: el hospital de Al Quds. En el ataque fallecieron 50 personas, entre ellas pacientes y personal médico, según un nuevo balance confirmado por Médicos Sin Fronteras. Pero uno de ellos no era cualquier médico; no era uno más. Era el último pediatra de la ciudad devastada, según confirmó Rami Abdurahman, jefe del Observatorio Sirio de Derechos Humanos en Londres. Y de su pérdida se han hecho eco todo los medios de comunicación internacionales. Se trataba del doctor Mohammed Waseem Moaz, un joven sirio de 36 años entregado a la causa hasta las últimas consecuencias.

El exjefe de Médicos Sin Fronteras Aitor Zabalgogeazkoa, lo conoció en persona en la primavera de 2013, cuando aún la organización tenía profesionales destinados en Siria. "Médicos Sin Fronteras (MSF) identificó casos de sarampión entre varios niños y empezamos a averiguar si había más casos en hospitales a los que hacíamos donaciones puntuales en la ciudad de Alepo. Al Quds era uno de ellos y el doctor Waseem, uno de los más comprometidos con la situación de los niños, como buen pediatra, se dio cuenta pronto que las enfermedades transmisibles eran una amenaza añadida a la violencia del conflicto", recuerda el doctor.

Habla de él como una persona que siempre estaba allí, entregada. "Cada vez que llegábamos al hospital Al Quds, le faltaba tiempo para enseñarnos sobre el último caso difícil o trágico, no pensaba en otra cosa", añade desde Estambul, donde se encuentra trabajando ahora.

Se preocupaba por las necesidades de las personas. Era honesto y muy comprometido. "Nunca recibimos una petición por su parte de una sola gasa de más. Y trabajaba en condiciones que no podrías imaginar".

En declaraciones a este diario, el citado responsable no duda en afirmar que "abandonar Siria y sus comunidades no entraba en sus planes, al menos en esa fase de la guerra, y a los trabajadores internacionales nos daba apuro indagar en las circunstancias personales, ya que nosotros sí teníamos el privilegio de volver a casa a una situación normal. Eligió arriesgar su vida para seguir ayudando a la población de Alepo. Indudablemente muchos de estos profesionales sanitarios sirios han asumido que no vivirán para el final de la guerra".

Para los médicos que trabajan en la zona de conflicto, la pérdida del doctor Wasim es una "pérdida crítica que será difícil de subsanar, ya que al menos han muerto tres médicos y dos enfermeros". Para ilustrarlo con un dato: "Por cada trabajador sanitario que muere, docenas de personas pierden la posibilidad de ser atendidas".

Médicos Sin Fronteras, que trabajaba en este hospital, cuenta que el centro fue alcanzado directamente por al menos un proyectil durante un ataque aéreo, lo que dejó el edificio reducido a escombros. Otras zonas cercanas al hospital también fueron golpeadas durante los ataques aéreos.

El hospital disponía de 34 camas y contaba con un área de urgencias, servicio de consultas externas, atención obstétrica, un departamento de pacientes ambulatorios, área de hospitalización, una unidad de cuidados intensivos y un quirófano. Ocho médicos y 28 enfermeros trabajaban a tiempo completo en el hospital, que era además el principal centro de referencia para pediatría en Alepo.

Según la organización, en la actualidad, el 95% de los médicos de la ciudad o se han ido o han fallecido. En marzo, la ciudad contaba con entre 70 y 80 médicos para una población de unas 250.000 personas. "Para hacerse una idea del grado de especialización, solo dos de ellos eran ginecólogos", puntualizan desde Médicos Sin Fronteras.

Un hospital esencial para Alepo

Muskilda Zancada, coordinadora general de MSF en Siria dijo: "Han destruido un hospital que era esencial para Alepo. Al Quds era el principal centro de referencia de la zona en atención pediátrica. ¿Dónde está la indignación entre los que tienen el poder y la obligación de detener de una vez por todas esta carnicería?

Según la organización, se estima alrededor de 250.000 personas permanecen aún dentro de la ciudad, que ha visto cómo en las últimas semanas se ha producido "un aumento en la intensidad de los bombardeos y de los enfrentamientos". Sólo queda una carretera para entrar y salir de la parte de la ciudad controlada por la oposición.

MSF gestiona seis centros médicos en el norte de Siria y presta apoyo a 150 centros de salud y hospitales de todo el país, muchos de ellos en zonas sitiadas. Varios hospitales de todo el norte y sur de Siria han sido bombardeados desde el inicio de 2016, incluyendo siete estructuras médicas apoyadas por MSF. En estos ataques, al menos 42 personas murieron, de los cuales 16 eran trabajadores sanitarios.

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