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Estado en el que quedó el hospital de MSF.
EE UU concluye que el ataque a un hospital afgano de MSF no fue un crimen de guerra

EE UU concluye que el ataque a un hospital afgano de MSF no fue un crimen de guerra

La investigación oficial del bombardeo determina que no fue un acto deliberado y confirma las sanciones leves a 16 militares por una acción que dejó 42 muertos

EFE

Viernes, 29 de abril 2016, 17:47

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El Pentágono ha afirmado que el bombardeo a un hospital de Médicos sin Fronteras (MSF) en Afganistán en octubre de 2015 no es un crimen de guerra porque "no fue deliberado", y ha confirmado las sanciones leves a 16 militares, al presentar la investigación oficial del ataque que dejó 42 muertos.

"El ataque no fue deliberado (...). Fue consecuencia de una combinación de errores humanos y técnicos", ha señalado el general Joseph L. Votel, que dirige el Comando Central de EE UU a cargo de las operaciones en Oriente Medio, en una rueda de prensa.

Votel ha reconocido que el hospital estaba en la lista de objetivos "a no bombardear", pero ha indicado que la tripulación "no tuvo acceso" a esa información durante el ataque "en una situación de combate extremadamente intensa" contra los talibanes. De acuerdo al informe, la tripulación del avión con armamento pesado AC-130 confundió el hospital de MSF al que estaban disparando con una posición de talibanes que se encontraba a 400 metros.

Sanciones

Votel ha confirmado las sanciones leves a 16 militares, entre los que figuran un general de dos estrellas, la tripulación del avión que participó en la operación, y fuerzas especiales del Ejército de Tierra de EE UU. Uno de los oficiales ha sido suspendido de su puesto de mando y retirado de Afganistán, mientras que el resto ha recibido sanciones menores, como cartas de reprimenda y vuelta a cursos de entrenamiento. Médicos sin Fronteras calificó el ataque como "brutal" y exigió una investigación independiente, algo a lo que EE UU se ha negado.

La investigación se centró en los motivos por los que el avión AC-130 realizó diversos ataques aéreos sobre el hospital, pese a los llamados de la ONG a funcionarios estadounidenses en Kabul y Washington para que detuviesen el bombardeo. Votel ha indicado que se tardaron "unos momentos" en que estas llamadas pasasen los diferentes filtros de la cadena de mando hasta que llegasen a los oficiales encargados de la operación y pudiesen comunicar el error a los militares sobre el terreno para que detuviesen el fuego.

La operación duró cerca de 30 minutos y dejó 24 pacientes, catorce miembros de la organización y cuatro vigilantes muertos en un hospital en Kunduz, en el norte de Afganistán.

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