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Un islamista radical acude a una conferencia en Gaza.
Planeta en guerra

Planeta en guerra

«El yihadismo es la mayor amenaza para España. Si no hemos tenido más que los 192 muertos de Atocha es por los éxitos policiales», admite el general Ballesteros

isabel ibañez

Miércoles, 25 de noviembre 2015, 20:45

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Estos últimos días han perdido la vida decenas de familias en Siria; niños, mujeres y hombres en aguas del Mediterráneo; doscientos turistas rusos a bordo de un avión; más de cien jóvenes en una discoteca de París; cincuenta libaneses en Beirut... Podrían haber sido muchos más si un padre de familia no se hubiera lanzado como un escudo contra el suicida que activó el explosivo. En la ciudad iraquí de Sinyar, recién liberada de los yihadistas por las tropas curdas, han encontrado una fosa con setenta y seis cadáveres de mujeres yazadíes asesinadas, descartadas por su edad para ser esclavas sexuales. Mientras, miles de inmigrantes se agolpan en las fronteras de la vieja Europa escapando de algo horrible, temerosos de que el miedo de Occidente se vuelva contra ellos. Es comprensible valorar a cada víctima en función de la cercanía, aunque el responsable es el mismo en todos los casos, el grupo terrorista autodenominado Estado Islámico. Daesh, como le llaman despectivamente los que tratan de restarle entidad política, entre ellos los Gobiernos de Francia y España. Los yihadistas aborrecen el acrónimo en árabe de al-Dawla al-Islamiya al-Iraq al-Sham (Estado Islámico de Irak y el Levante) porque en su idioma suena fonéticamente como algo que aplastar o pisotear. François Hollande, igual que antes John Kerry, empezó a usarlo tras la última masacre.

Tienen capacidad suficiente para llegar con sus cinturones de explosivos suicidas, con sus kalashnikov A-47, con el horror de sus decapitaciones casi a cualquier esquina del planeta. "Nunca una organización terrorista había tenido antes tanto poder. Con los atentados de París hay un cambio cualitativo. El Daesh como organización nunca había atentado fuera de los países musulmanes, pero ahora golpea también a enemigos lejanos, como Al Qaeda. Y hay que decir que Daesh les ha hecho buenos...". Habla el general del Ejército de Tierra de Artillería Miguel Ángel Ballesteros (Segovia, 1953), doctor en Ciencias Políticas y director del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), centro dependiente del Ministerio de Defensa dedicado a analizar la seguridad internacional, que nació en 1970 inspirado por los de Londres, París y Lisboa. Llevan 45 años estudiando los conflictos que tienen lugar en todo el mundo y no les cabe ninguna duda de que el yihadismo es la mayor amenaza. "También en España. Ya nos colaron en su día 192 muertos en Atocha porque no estábamos preparados. Y si no ha habido más a partir de aquello es por los éxitos policiales". Desde 2004 se han realizado en nuestro país 141 operaciones contra el terrorismo islámico, en las que han sido detenidas 592 personas, 64 este año.

10 muertos al año como mínimo

  • En activo o congelados

  • Es lo que hace que un conflicto se considere activo. Según el general Ballesteros, hay sesenta en el planeta, pero la mayoría están "congelados". "El Sáhara es uno de ellos, aunque ahora mismo genera pocos muertos. En Malí está activo con los yihadistas. El del Líbano, aunque en abril muriera por un obús del ejército israelí el cabo español Soria y para él y su familia se acabara ahí el mundo, es un conflicto latente, porque no hay suficientes víctimas. En Irak, aunque salga menos que Siria en las noticias, se registran mil y pico muertos todos los meses".

  • Los más graves son Siria, Afganistán, Irak, Libia, Nigeria (Boko Haram), Paquistán, Somalia, Sudán del Sur y Yemen. Algo menos intensos son los de la República Centroafricana, Centroamérica, China (Xinjiang), Colombia, República Democrática del Congo, Egipto (Sinaí), India (Naxalites), India-Paquistán (Cachemira), Paquistán (Baluchistán), el que mantienen Israel y Palestina, los cárteles de México, Myanmar, Paquistán (Baluchistán), Rusia (norte del Cáucaso), el sur de Tailandia, Sudán (Darfur), Mali (Sahel), Turquía (PKK) y Ucrania.

Bajo las órdenes de Ballesteros trabajan quince investigadores, la mitad militares, la otra mitad civiles -"la mitad mujeres, la mitad hombres"-, que se han repartido el mapamundi. Hay oficiales del Estado Mayor, doctores en Historia, Ciencias Políticas y Sociales y Filosofía, una licenciada en Químicas, en Filología Hispánica, en Geografía, Ciencias de la Información, un ingeniero en Telecomunicaciones... Y cuentan con decenas de colaboradores, la mayoría profesores de universidad.

En estos momentos es Oriente Medio el área más caliente, bien conocida por Federico Aznar Fernández-Montesinos, de 51 años. Este especialista en Polemología (disciplina que busca prevenir y resolver los conflictos internacionales) era capitán de fragata cuando se puso a estudiar Ciencias Políticas. Lo hizo durante el tiempo que pasó encerrado en un submarino de la Armada española surcando el Meditérraneo, para romper con la rutina de lo que parecía "el día de la marmota" de Atrapado en el tiempo, donde Bill Murray es obligado a vivir una y otra vez la misma jornada. Luego sacó el doctorado con una rotura de vértebra de por medio que lo postró en cama un mes. El profesor de la Universidad Complutense Juan Carlos Monedero acudía a su casa para darle personalmente las clases. Ha escrito los libros, Entender la guerra en el siglo XXI y La ecuación de la guerra, prologados por la exministra Carme Chacón y el profesor Jorge Verstrynge.

"Soy experto en yihadismo, hablo de la religión, pero sobre todo de propuestas políticas. Aquí podemos decir lo que queramos sin atenernos a la corrección diplomática", dice con el pelo cano revuelto, como de pensar mucho, este militar que no soporta a los "todólogos": "Te has tomado un café, has leído un libro y ya sabes lo que hay que hacer. Pero... ¿qué te has fumado? Hay que ver la realidad con los ojos de una mosca. No soy de soluciones adelantadas porque producen más problemas que los que resuelven. ¿Intervenir? Antes de ir al cirujano prueba con píldoras, porque igual es solo una gripe. El problema en Siria no es puramente militar. Ojalá todas las guerras fueran por intereses, porque ahí se puede dialogar; pero las guerras de identidades o valores no se resuelven en el campo de batalla. ¿Mandas a Afganistán a cuatro millones de soldados, como en Normandía? ¿Ganas al Daesh y después qué? ¿Haces un desfile? Lo difícil no es ganar la guerra, es ganar la paz".

Pero, ¿cómo se gana la paz? Sostiene el capitán de fragata Aznar que reconstruyendo un país que está roto, porque nada hay más peligroso para la seguridad que un Estado débil o fallido. ¿Y qué queda de Siria? "Bashar el-Asad, así que aunque no nos guste igual hay que contar con él para reconstruir la nación. En la Segunda Guerra Mundial hay precedentes. Cambiaron a los jefes de la Gestapo, pero el resto siguió ahí. Y con las SS pasó igual. Alguien dice: Estoy indignado, he visto a un carcelero de Auswitch. ¡Pero si todos sabían dónde vivía desde hace 30 años".

Análisis como este y muchos otros pueden leerse en los Cuadernos de Estrategia que el IEEE publica sobre seguridad internacional y que pueden descargarse gratis en su web (www.ieee.es). Llevan 172, sacan alrededor de una docena al año. También estudian la relación de la sociedad con las Fuerzas Armadas en encuestas encargadas al CIS, y hasta el año pasado ofrecían seminarios a jóvenes políticos, como explica el general Ballesteros: "Aquí no adoctrinamos. Nada de ¡qué buenos son los militares españoles! Les dábamos cursos (ahora los imparte la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas) sobre el Daesh, lo que está pasando Libia, en el Magreb, los presupuestos europeos de defensa, los conflictos que surgirán por el cambio climático... Nos venía gente de todos los partidos, del PNV, de Convergencia...".

De fútbol y... refugiados

El Instituto tiene dos misiones: analizar los peligros que atenazan al mundo y difundir la cultura de cómo defendernos, educar en seguridad: "Que los españoles sepan de fútbol, pero también de los conflictos y sus riesgos. El Gobierno decide muchas veces en función de la opinión púbica, cuya posición debe estar fundamentada en el conocimiento de estos temas. Por ejemplo, cualquier país recibirá más o menos refugiados en función de lo que opinen los ciudadanos", precisa Ballesteros.

Y recuerda cifras que sonrojan: de las 250.000 personas que deben llegar a Europa este año, "no hemos sido capaces de repartirnos más que 120.000, de los cuales, de verdad, lo hemos hecho con 66.000. La gente no sabe que solo Turquía tiene dos millones de sirios en su territorio. Otro país tan pequeño como Líbano acoge a más de un millón. Jordania, a 620.000. Y dentro de Siria hay desplazadas siete millones y medio de ciudadanos sin casa ni trabajo; han venido los que tenían posibilidades, los que podían pagar 3.000 euros por una plaza en un bote. Si no arreglas esto, en vez de 250.000 el año próximo tendremos 750.000". El general insiste en frenar cualquier corriente xenófoba para impedir la radicalización. Francia no ha rechazado a los 30.000 refugiados que le corresponde acoger en dos años. Es la teoría que defiende Hollande: "La única relación entre los atentados de París y los refugiados es que ellos huyen de los mismos que atacaron Francia".

Pero el mundo es muy grande y el pasillo del Instituto Español de Estudios Estratégicos, como un reino de Taifas planetario. Se abre la puerta de otro despacho y aparece Mar Hidalgo, licenciada en Químicas, una de las civiles del centro, por el que colgó su bata blanca de laboratorio en el Instituto Tecnológico de la Marañosa (centro de investigación del Ministerio de Defensa sobre armamento, material y equipo). "Lo mejor es que formamos parte de un equipo que es como una familia. No existe la monotonía y cada trabajo es un reto. Tendrías que ver la mesa del desayuno, en la cafetería, cinco o seis personas discutiendo los problemas del mundo... Hacer que los jóvenes se interesen por las cuestiones de seguridad y defensa es muy gratificante, contribuyes a que vean la realidad con los ojos más abiertos y se involucren más en su responsabilidad". No solo dan conferencias en universidades de todo el mundo (un centenar al año en España), también en institutos.

Ella se ocupa de una parte de Asia, "conflictos como los de Myanmar y de Indonesia, donde reside la mayor comunidad musulmana del mundo, un posible foco de desestabilización". También estudia las armas de destrucción masiva y los problemas ligados al cambio climático y la escasez de alimentos. "La relación entre calentamiento global y conflictos no es una cuestión de futuro, sino toda una realidad. El actual crecimiento demográfico de los países emergentes creará situaciones de inestabilidad. La contundencia y frecuencia de la meteorología adversa, las sequías prolongadas en África y el aumento del nivel de agua en los deltas asiáticos provocarán desplazamientos, crisis humanitarias". Ya ha sucedido. Menciona Sudán del Sur y el origen de las primaveras árabes, "motivadas por una sequía. La lucha por los recursos hídricos es uno de los factores de gran influencia en el conflicto entre Israel y Palestina".

Antes de dirigir el IEEE, el general Ballesteros fue el primer jefe del Centro Español de Satélites y del Programa multinacional Helios, en el que participan España, Francia y Italia: "Me acuerdo de la crisis de los Grandes Lagos, de Ruanda y Burundi... Hacíamos fotos constantemente a los campamentos de refugiados hutus por las matanzas de los tutsis, porque no paraban de moverse. ¡800.000 personas! Se ponían al lado de un bosque y lo talaban para cocinar y darse calor. Cuando terminaban los árboles se iban a otro bosque. Y tú veías la deforestación, cómo quedaba todo... Desde entonces ACNUR sabe que a los refugiados no solo has de darles comida, también energía, porque si no destrozan lo que pillan en su camino".

La semana pasada, todos los diputados del Parlamento francés entonaban La Marsellesa. Ya había sucedido el 7 de enero con el atentado contra la revista satírica Charlie Hebdo, reivindicado por Al-Qaida y que se cobró la vida de once personas: "En Francia la gente conoce los problemas, entiende por qué sus tropas están en Malí aunque cada uno tenga sus ideas". Algo que apenas sucede en España.

Ballesteros recuerda que en el país vecino, además de haber vivido dos Guerras Mundiales, los chavales de Primaria y Secundaria abordan temas de seguridad y defensa nacional, y los profesores tienen que enseñar Historia y Geografía en base a la actualidad: por ejemplo, qué está pasando en Ucrania. A los 16 años se inscriben en su Ayuntamiento y les entregan un papel sin el que no pueden acceder a ningún servicio del Estado. "Y a los 18, pasan un día en instalaciones militares, donde les explican lo que tendrían que hacer en caso de necesidad y les dan otro papel con un sello obligatorio para sacarse el carné de conducir, matricularse en la universidad pública... O te comprometes con la República o la República no se compromete contigo. Aquí no hay nada de eso. Participamos en cursos para profesores y les damos información sobre el compromiso con la paz, los conflictos... para que la impartan en asignaturas como Educación para la Ciudadanía o en Valores Éticos. Y no se trata de hablar de las Fuerzas Armadas; no hay que hablar de médicos, sino de enfermedades». El capitán de fragata Aznar es especialmente crítico en este punto: «No se puede delegar y decir no elijo. Los españoles son responsables de las acciones militares de este país. Yo, como militar, quiero que me tutelen. Tú, como ciudadano, vas a elegir al Gobierno que me mandará a mí".

Sin adjetivos para El-Asad

Cada investigador del IEEE tiene su propia visión sobre los asuntos que trata y, aunque no vierta opiniones, cada informe es atribuible solo a su autor. El general pide a los estudiosos que se abstengan de utilizar calificativos, "por ejemplo, que no pongan adjetivos peyorativos a El-Asad". Cada uno tiene su propia solución para Siria. La de Ballesteros pasa por convencer a los países árabes: que sean ellos los que se enfrenten con sus tropas al Daesh sobre el terreno, como están haciendo los kurdos, los más efectivos contra los yihadistas: "Aunque les ayudemos instruyendo a los mandos (300 militares españoles realizan esa labor) o con los bombardeos, han de ser sus soldados los que mueran; es triste, pero para eso estamos. El Daesh pretende hacer una guerra contra los cruzados, pero tendrían enfrente a sunitas como ellos".

Francisco Berenguer Hernández es piloto, teniente coronel del Ejército del Aire y responsable de geopolítica del mundo árabe y energía en el IEEE. "Los atentados de París van a marcar un antes y un después respecto a la supervivencia de Daesh. Este pseudoestado construido en la frontera sirio-iraquí es muy débil militarmente, por lo que la invocación por Francia a la defensa colectiva de la UE incluida en el Tratado de Lisboa, junto con la colaboración y coordinación con Rusia de las acciones contra el Daesh, son probablemente el inicio de su fin". Otra cosa, advierte, es su supervivencia como un grupo yihadista enfocado a la insurgencia urbana o a la práctica de un terrorismo clásico, al estilo de Al-Qaida, "que ha de tratarse con medidas policiales, de inteligencia, educacionales, de cooperación... Más a largo plazo". .

-¿Estudiando las guerras, qué ha aprendido el capitán de fragata Aznar del ser humano?

-Me asusta la taylorización de la violencia, esa fragmentación de la responsabilidad ... Unos cogen a los judíos, otros los meten en trenes, otros reparan las tuberías cuando sus vómitos las han dañado. Y el que dirige todo es un buen padre de familia. Lo que más me impactó de Auswitch es cómo en dos hectáreas acabaron con millón y medio de personas. Me acuerdo del padre Kolbe, un cura polaco que se cambió por un hombre al que iban a matar y al que dejaron morir de hambre. Cosas así me reafirman en la grandeza del ser humano. Y el saber decir esto no lo hago. ¿Qué habría pasado en Srebrenica si el comandante hubiera dicho no?

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