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ADA DASÍ
Viernes, 19 de agosto 2016, 00:03
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torrent. La fauna salvaje que todavía habita en los parajes naturales de Torrent no entiende de pasos de peatones, cualquier lugar es bueno para cruzar una carretera o camino que ha invadido su hábitat natural. Tampoco entienden de horarios y no les importa si es una hora punta de tráfico para llegar a la otra parte donde correr resguardados por la maleza.
Más de un centenar de animales mueren bajo las ruedas de los vehículos a lo largo del año en las carreteras secundarias de la ciudad que comunican las urbanizaciones y diseminados con el casco urbano y con las vías rápidas. Zorros, garduñas, erizos, conejos, serpientes o diversas especies de aves, que campan a sus anchas en lo que queda de naturaleza, aparecen casi irreconocibles en las cunetas sin que se pueda hacer nada por ellos.
La patrulla de vigilancia ambiental ha advertido que esta cifra podría ser más baja con una mayor concienciación, disminuyendo la velocidad a la que se circula por estas vías y prestando más atención a la carretera. El límite establecido es de 50 kilómetros por hora aunque en ocasiones la confianza hace que se pise más el acelerador.
«Los que frecuentan estas vías suelen ser personas que tiene casetas en los diseminados y que conocen el camino, por eso se confían sin tener en cuenta que están en un medio natural», explica el agente ambiental, Pedro Abellán. El problema se agudiza en verano cuando las visitas a los chalés son más habituales.
El camino de Xarco sec es uno de los que registra mayor número de atropellos porque atraviesa varios barrancos que suelen ser zonas de paso para los animales, aunque hay otros entornos también sensibles como La Carrasquera o el Faxardet. «Está claro que a veces los atropellos son inevitables y más cuando ocurren por la noche que los animales se quedan paralizados con las luces pero algunos se podrían evitar levantando el pie del acelerador», matiza Abellán.
El agente insiste en que esta mayor concienciación «es de vital importancia para el mantenimiento de nuestra biodiversidad medioambiental, ya escasa y mermada de por sí a causa de otros problemas de difícil solución como el cambio climático, el uso de venenos y plaguicidas y la caza indiscriminada». La patrulla de medio ambiente es la encargada de las cuestiones relacionadas con la fauna y flora y la vigilancia de los parajes naturales del término, y en numerosas ocasiones han rescatado animales heridos o en peligro.
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