Una anciana recurrirá al Papa para denunciar su desahucio

Un marcapasos de más y 20 kilos de menos. Son las recientes consecuencias que ha sufrido Josefa Martí, la octogenaria vecina de Mislata inmersa en un proceso judicial de más de 30 años con la Fundación Balbastre, presidida por el párroco de Nuestra Señora de los Ángeles, por la propiedad de la vivienda donde reside y que ha provocado la convocatoria de desahucio programada para el próximo jueves,que afectaría a su hijo, con una minusvalía del 33%, y su nieta.

Josefa Martí vive con su marido en el piso superior del edificio, situado en la calle Mayor número 25, mientras que su hijo y su nieta viven en la planta baja, el espacio que reclama la Fundación, con la que «nada tiene que ver la Iglesia Católica», según recalcaron ayer fuentes del Arzobispado de Valencia. Según anunció ayer la Fundación, la intención es «desarrollar una actividad de tipo social en la planta baja» y además señaló que «siempre ha ofrecido soluciones que Josefa Martí no ha aceptado».

Ante la amenaza de desahucio, que ya se ha intentado en hasta seis ocasiones, y después de que las Plataformas de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Valencia y Paterna escribieran una carta al Papa e instaran al Arzobispado a tener una reunión, Josefa anunció su intención de «viajar hasta Roma», si no consigue parar el proceso y garantizar «el derecho a la vivienda» de su familia.

Las PAH se concentraron ayer frente a la Catedral de Valencia para denunciar la situación y alegaron que exigirán que la Iglesia «defienda el derecho a la vivienda de todo el mundo». Desde la PAH de Paterna aseguraron que recibieron el jueves una oferta del abogado del Arzobispado en la que proponían que el hijo y la nieta de Josefa se trasladen de la planta baja al segundo piso de la vivienda, una información que fuentes del Arzobispado negaron. En cualquier caso, tanto las PAH como el abogado de Josefa, José Luis Costa, explicaron que para aceptar esa oferta, primero se tendrían que asegurar las condiciones de habitabilidad del segundo piso y, además, se tendría que ofrecer un contrato de arrendamiento al hijo.

La casa en la que vive Josefa era una de las propiedades que el mislatero Francisco Balbastre dejó en herencia para las personas sin recursos. Durante 75 años ella ha vivido en esta casa en la que ha invertido su dinero, señala, y aunque «hasta cuatro sentencias le han reconocido la propiedad por usucapión por vivir más de 40 años», actualmente está inscrita a nombre de la Fundación, que hace algunos años ofreció a Josefa un contrato de arrendamiento.