Paterna rodeará el histórico Molino de Batán con un muro de seguridad para atajar el expolio

Paterna intervendrá de urgencia en el Molino de Batán con la construcción de un muro perimetral de hormigón, de dos metros de altura, por motivos de seguridad y para evitar el robo de tejas y piedras detectado en el monumento para su posterior reventa y aprovechamiento.

La reiterada sustracción del vallado metálico que se había instalado en un primer momento, como medida provisional de seguridad, ha obligado a la corporación a intervenir mediante una ejecución subsidaria en el recinto, mientras trata de llegar a un acuerdo de intervención con los actuales propietarios del inmueble.

La construcción de un muro de hormigón evitará «el acceso e intrusismo al molino y a su entorno, pues se robaban tejas y piedra para su reventa, y, por supuesto, por razones de seguridad», según explicaron ayer fuentes municipales.

«La cercanía de tres centros educativos y la presencia de menores merodeando en algunas ocasiones por la zona han obligado a intervenir y a reforzar la vigilancia policial en los últimos meses».

Si bien, con esta obra de cerramiento se evitará no sólo el robo del vallado (parte de él ha sido localizado por la policía en campos cercanos al molino harinero) y el expolio del monumento, también se limitará por fin el acceso de personas al recinto por su deteriorado estado y elevado riesgo de derrumbe. El muro también servirá para salvaguardar la zona de cara a una posterior rehabilitación y adecuación del conjunto.

La ejecución subsidiaria a realizar, que tendrá un coste cercano a los 50.000 euros, según refleja la memoria valorada, se materializará a base de bloques de hormigón armado con pilastras y su altura mínima será de dos metros. Rematará el cerramiento una puerta de acero galvanizado para permitir el acceso a técnicos y encargados de obra, una vez se concrete cuál será la siguiente medida a realizar en el complejo.

La colocación de un vallado de seguridad era una larga reivindicación de los vecinos de Campamento, que denunciaron durante años el acceso libre al recinto y el riesgo que suponía para la integridad de las personas y para la salvaguarda del monumento. De hecho, el molino ha sido objeto en estos años de numerosos actos vandálicos y ha sufrido numerosos incendios y conatos. El peor se produjo en 2008, y causó cuantiosos daños en el edificio. El vallado metálico se ha tenido que reponer hasta en cuatro ocasiones. «Han arrancado vallas, se las han llevado, las han volcado y las han desperdigado por la zona, incluso tras colocar bloques de hormigón en la parte baja de las mismas. También se llevaron el cartel que alertaba del riesgo de desplome», según recalcaron desde la Asociación de Vecinos de Campamento tras uno de los últimos robos.

En aquella ocasión, las vallas «se habían colocado hacía escasamente un mes» y los vecinos del barrio lamentaron que esta medida de seguridad, que habían solicitado durante años, desapareciera al poco de colocarse. El cierre de hormigón ayudará a proteger el molino, Bien de Relevancia Local en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos, mientras se determina su futuro inmediato.

El estudio técnico elaborado por la corporación alertó que debe procederse cuanto antes a la «estabilización de los muros y desmontarse todos aquellos elementos que presenten riesgo de caída».

En 2012 se inició el expediente para la declaración de ruina del inmueble pero el nuevo gobierno de Juan Antonio Sagredo considera «necesario intervenir sobre la construcción» y rescatar el edificio para que no desaparezca.