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Miércoles, 6 de junio 2018, 00:39
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Las Policías del Medio Oeste americano han resuelto uno de esos crímenes en serie que parecen haberse escapado de un guion de los hermanos Joel y Ethan Cohen ('Fargo', 'Suburbicon'), retratistas en pantalla grande de la violencia casera de los estadounidenses. Seis crímenes en 96 horas y repartidos por la zona comercial de Phoenix (Arizona). Y, en la cúspide de la lista, el de Steven Pitt, un psiquiatra forense especializado en 'serial killers' o resolver casos imposibles y muy mediáticos.
Su cuerpo agonizante fue encontrado la tarde del jueves pasado junto a su oficina de Scottsdale, suburbio de la capital de Arizona. Algunos testigos escucharon una fuerte discusión previa. Incluso aventuraron la borrosa descripción de su asesino: un hombre calvo de mediana edad, fuerte y con un sombrero oscuro de ala corta.
No se habían cumplido 24 horas del homicidio cuando dos trabajadoras de un bufete de abogados, Veleria Sharp (48 años) y Laura Anderson (49), fueron tiroteadas dentro de su oficina. Día y medio después, la Policía confirmaba las sospechas de otro aviso también en Scottsdale. Una mujer había encontrado el domingo el cadáver de su pareja, Marshall Levine (72 años), un asesor matrimonial, baleado dentro de su despacho. Y unas horas después, los agentes localizaron en una casa de Fountain Hills, a 24 kilómetros del resto de tiroteos, los cuerpos de una pareja, Mary Simmons (70) y Bryon Thomas (72).
Los colegas de Steven Pitt, una celebridad nacional, vincularon su muerte con alguien implicado en alguno de sus casos. «Sospecho que fue gente en cuyo caso estaba trabajando y que se sintió amenazada por lo que Steven podía hacer», explicó su amigo y también psiquiatra David Weinstock en el diario 'República' de Arizona.
Como en los mejores tiempos del Salvaje Oeste, la recompensa por alguna pista que ayudara a resolver estos crímenes no dejaba de aumentar. Empezó por 1.000 dólares, el sábado la Policía la subió a 11.000 y el despacho de abogados de Veleria y Laura añadió otros 10.000 dólares. Desde que se conoció su asesinato, la prensa y la Policía desempolvaron los casos más importantes en los que había trabajado el forense Pitt.
Su indagación más reciente estuvo relacionada con una serie de tiroteos en el distrito de Maryvale (también en Phoenix), donde seis personas han recibido impactos de bala. Una falleció en mayo.
En el Departamento de Policía de Phoenix también se acordaron del papel clave que jugó Steven Pitt para detener en 2006 a Mark Goudeau, un asesino en serie que mató a nueve personas. Goudeau fue sentenciado en 2011 a nueve condenas a muerte. La larga lista de casos prominentes en los que fue consultor incluye la masacre del Instituto de Columbine (15 muertos en 1999) o la denuncia por asalto sexual contra el baloncestista de la NBA Kobe Bryant (2004), que salió libre tras un acuerdo extrajudicial.
Venganza almacenada
Pero el caso que le dio más notoriedad fue su intervención para esclarecer el asesinato de la reina de belleza infantil de 6 años JonBenét Ramsey en la Navidad de 1996 en Boulder (Colorado). La pequeña, de la que todo el país estaba prendado, apareció muerta en el sótano de la vivienda familiar. Pitt fue el único que situó las sospechas en el entorno más cercano. Demostró que la madre de JonBenét, Patsy Ramsey, mintió al tribunal. Pese a ello, la mujer, su marido y el hermano de la niña fueron absueltos del crimen en 2008.
Pero ninguna de estas pistas condujo a echar luz sobre la muerte del psiquiatra. El rompecabezas se resolvió de improviso el lunes en un hotel de Scottsdale. Y con un personaje menor para el currículum de Steven Pitt. Arrinconado por los agentes que le perseguían, Dwight L. Jones se descerrajó un tiro con el arma que había usado para matar a esas seis personas.
Jones había almacenado durante nueve años el rencor por su divorcio. Mató a Pitt porque hizo un demoledor informe a favor de su mujer, Connie. Y a los demás por haber participado, de una forma u otra, en los trámites. En aquel informe psiquiátrico (por el que cobró 25.000 dólares), Pitt escribió sobre su futuro asesino: «Se volverá cada vez más paranoico, probablemente psicótico y planteará un riesgo aún mayor de perpetuar la violencia». Acertó de pleno.
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