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Una modelo luce una creación de Roberto Torreta.
Torreta aprovecha el tropiezo de Schlesser

Torreta aprovecha el tropiezo de Schlesser

La sensual mujer Sardá convertida en regalo navideño da paso al divorcio exprés de Agatha Ruiz de la Prada en la pasarela

Gloria Salgado

Viernes, 16 de septiembre 2016, 10:59

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Eran las dos del mediodía cuando a más de uno se le han quitado las ganas de comer. Uno de los pesos pesados de la pasarela, la firma Ángel Schlesser, ha decepcionado por el giro que ha dado su propuesta bajo la batuta del nuevo equipo creativo, formado por Carolina Menéndez y Alexandre García. De la mujer sofisticada a la que nos tenía acostumbrados Ángel, se ha pasado a una joven que, pese a mantener algunos de los rasgos de la Casa, reflejaba una dejadez que ha roto la magia con prendas de aspecto arrugado y abuso del concepto oversize.

Un sabor agridulce al que le ha puesto solución Roberto Torreta. El actual Premio Nacional de Moda se ha crecido con el galardón y ha mostrado su faceta más juvenil y sensual, con talles marcados y corte mini. Resulta más apetecible la noche, con vestidos de escotes de vértigo en rojo y azul, con los volantes y los lazos como punto de unión de una colección en la que sobresale su evolución del esmoquin, con una silueta tulipán que da un movimiento increíble al pantalón de crepé.

La diversión no ha decaído con la propuesta de Agatha Ruiz de la Prada, radicalmente opuesta a la de Sardá. Una fiesta en la piscina es el hilo conductor de la colección, con bañadores imposibles inspirados en los musicales de Hollywood de los años 50. Es una pena que no se aprecie el laborioso trabajo de algunas piezas, como el bañador repleto de flores acolchadas en licra metalizada, 600 para ser exactos, en el que han trabajado cinco personas, ocho horas diarias cada uno, durante un mes.

Sin embargo, el protagonista ha sido el césped artificial, que ha cubierto prendas y curiosos complementos como portabotellas. Para finalizar, una novia en chanclas se ha liberado arrancándose el corazón y colocándose un lazo en su lugar para festejar el divorcio exprés. Algo que solo podía hacer Agatha.

Los feministas deben estar rasgándose las vestiduras tras contemplar a las mujeres de Andrés Sardá envueltas para regalo. Nuria, el alma de la firma, ha colocado grandes lazadas a las maniquíes que representaban las fiestas navideñas en una suerte de calendario cargado de fantasía. La lencería ha marcado las propuestas para el otoño y el invierno, reservando la colección de baño para la primavera y el verano.

Los colores, junto con el juego de volúmenes y las materias han sido los denominadores de cada estación: explosión cromática para la primavera con prendas cuajadas de flores, rayas marineras para el verano, motivos vegetales para el otoño y los regalos para el invierno, con sensuales encajes y transparencias como protagonistas.

Como siempre, uno de los espectáculos más divertidos de cada edición, en esta ocasión aderazado con la presencia sobre la pasarela de una magnífica- Rossy de Palma, que encarna a la perfección la fuerza y elegancia de la mujer Sardá.

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