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FERNANDO ITURRIBARRÍA
Viernes, 22 de septiembre 2017, 01:12
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Liliane Bettencourt, considerada la mujer más rica del mundo, falleció durante la noche del miércoles al jueves en su domicilio de París a los 94 años de edad. La heredera de L'Oréal, el mayor grupo mundial de cosméticos, poseía una fortuna valorada en 33.000 millones de euros por la revista 'Forbes', que la situaba en el puesto 14 del escalafón internacional de multimillonarios. Su patrimonio era más importante que el de la reina de Inglaterra. Enferma de alzhéimer y con demencia senil, estaba retirada de la vida pública desde 2012, año en el que abandonó el consejo de administración de la compañía y toda función dirigente en el seno del grupo.
Su muerte coincidió con el epílogo judicial del 'caso Bettencourt', el más fuerte escándalo político-financiero del mandato presidencial de Nicolas Sarkozy (2007-2012), del que fue involuntaria heroína. Un tribunal de Burdeos absolvió ayer en apelación a cinco periodistas franceses acusados de atentar contra la intimidad de su vida privada por haber publicado las conversaciones grabadas a escondidas por el mayordomo entre 2009 y 2010. El leal criado decidió camuflar una grabadora encendida en el despacho, harto de comprobar cómo gente sin escrúpulos abusaba de la vulnerabilidad de la anciana millonaria para sacarle dinero.
Los jueces constataron que las escuchas piratas fueron realizadas con ánimo de protegerla, pues sirvieron para condenar en su día a varios moscones aprovechados que acudían al panal de rica miel. Las grabaciones clandestinas desvelaron operaciones de evasión fiscal y cuentas ocultas en Suiza por importe superior a los 100 millones de euros. El culebrón arrancó a finales de 2007 cuando Françoise Meyers-Bettencourt, hija única de la magnate, se querelló contra el fotógrafo François Marie Barnier, un artista vividor que engatusó a su madre para recibir donativos y regalos evaluados en cerca de 1.000 millones de euros entre seguros de vida, cheques y cuadros de Matisse, Picasso o Léger, sin olvidar una isla en el archipiélago de las Secheylles.
Las agendas de la espléndida dama revelaron las numerosas personalidades políticas que acudían interesadas a su domicilio, como el expresidente Jacques Chirac, el antiguo jefe del Gobierno Edouard Balladur y varios exministros. En el desfile de buitres destacaba la frecuente presencia de Eric Woert, tesorero de la campaña electoral en 2007 de Sarkozy, que luego resultó absuelto. La imputación por financiación ilícita al ex jefe del Estado conservador fue finalmente archivada al cierre de la instrucción sumarial.
La heredera del imperio L'Oréal a la muerte de su padre y fundador en 1957 cedió la presidencia a su marido, André Bettencourt, descendiente de un caballero del Santo Sepulcro y de un lejano gobernador de las Canarias, con el que se había casado siete años antes y que llegó a ser ministro con la derecha entre 1966 y 1973. El patriarca, Eugène Schueller, había inventado en 1907 los primeros tintes para el pelo bajo la marca L'Auréale, embrión del gigante mundial de los cosméticos.
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