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Un atasco de mucho valor

Un atasco de mucho valor

La policía suiza centra en dos mujeres españolas la investigación de los billetes rotos de 500 hallados en varios retretes. Suman casi 100.000 euros

JOSEBA VÁZQUEZ

Miércoles, 20 de septiembre 2017, 00:08

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Hubo un tiempo en que se decía, con evidente ánimo dañino, que Pep Guardiola orinaba colonia. Sus detractores, incluso personas que no lo eran tanto, trataban de plasmar con esta licencia punzante la falsa humildad y escasa sinceridad que, en su opinión, caracterizaban al entonces entrenador del Barcelona. No existe constancia de que nadie en la historia de la humanidad haya miccionado nunca líquido perfumado, ni evacuado otra cosa que no sean residuos orgánicos ya innecesarios para su cuerpo. Y aun así hay ocasiones en que, fuera de lo escatológico, uno encuentra en un retrete los objetos más insospechados. Nunca, sin embargo y que se sepa, billetes de 500 euros: hasta cerca de dos centenares y por un valor próximo a los 100.000 euros. Ha trascendido ahora, pero sucedió en Suiza hace unos meses, antes del verano.

El primer hallazgo se produjo en las cañerías de una oficina del banco UBS en Ginebra, en concreto en los inodoros de la planta en la que se encuentran las cajas fuertes individuales de los clientes. ¿Qué lugar podría ser más apropiado para un 'depósito' de esta naturaleza, verdad? Unos días más tarde, otra aparición semejante se registró en los baños de tres restaurantes muy próximos a la entidad financiera. En todos los casos, los excusados quedaron atascados por los billetes, muchos de ellos cortados cuidadosamente con tijeras. Estos extremos han sido confirmados al rotativo 'Tribune de Genève' por Vincent Derouand, portavoz de la Fiscalía de Ginebra. Se cree que parte del dinero podrá ser recuperado.

La destrucción de billetes no constituye un delito en Suiza, pero las autoridades consideran que «debe haber algo detrás de esta historia», ha declarado Derouand en un derroche de sagacidad. «Por eso iniciamos una investigación». Los responsables de la misma vinculan el inusitado episodio con la nueva legislación por la que el país centroeuropeo, en el intento de incrementar su transparencia fiscal, se obliga a intercambiar información sobre depósitos financieros con la Unión Europea. Esta norma será efectiva a partir del año próximo. Quien troceó los billetes morados y los arrojó a los excusados, ¿lo hizo para librarse de dinero opaco? Se antoja la tesis más plausible, lo que confirmaría que, al igual que la cabra tira al monte, el dinero sucio se siente muy cómodo en las cloacas.

No es delito

Después de semanas de investigación, la Policía de Ginebra centra sus sospechas en dos ciudadanas españolas, madrileñas para más señas, que disponen de caja privada en esa sucursal del UBS. Indicios de peso deben tener y además, siempre según 'Tribune de Genève', ha sido un abogado español quien ha ingresado el dinero para pagar los gastos de reparación de las tuberías afectadas.

Arrojar papel moneda por el sumidero, o quemarlo, o romperlo, o todo a la vez, no es castigable en Suiza. Tampoco inicialmente en España, donde, a diferencia de lo que ocurre con la falsificación, la destrucción premeditada de dinero no está tipificada como delito en el Código Penal. Como mucho, según los expertos consultados por este periódico, podría aplicarse a esta práctica el artículo 263.2.4 de esa ley orgánica, que hace referencia a «los daños a propiedades ajenas o de dominio o uso público» si se considera que la moneda entra en esa definición. Hay, por tanto, cierto vacío legal. Cuestión distinta es si se demuestra que esos billetes han sido dañados para evitar declararlos. En este caso se está incurriendo en un evidente delito fiscal, aclaran los juristas.

Lo que obviamente sí se encuentra penado a nivel internacional es el uso generalizado de los papeles de 500 euros para pagos en negro de cualquier actividad delictiva. La evidencia de que con ellos se financian sobornos, corruptelas e incluso actividades terroristas llevó al Banco Central Europeo a aprobar, en mayo del año pasado, su progresiva retirada. Ya Europol concluyó hace tres años que eran los más usados por las bandas criminales. El BCE dejará de producirlos en 2018, con el ánimo de que con el tiempo vayan desapareciendo del mercado, aunque seguirán siendo de curso legal y podrán ser cambiados en las entidades bancarias. Cuando se tomó esta decisión, en Europa circulaban 594 millones de billetes de 500 por un valor de 300.000 millones de euros. Esta cifra suponía el 27,8% del valor total del dinero que fluía por la Eurozona.

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