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Viernes, 28 de abril 2017, 23:59
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Charlie Sheen tuvo que hacer una parada inesperada en su viaje de vuelta de México para que su avión privado se sometiera a una inspección de estupefacientes. El aparato, que regresaba de Cabo San Lucas, tomó tierra en el aeropuerto de Brown Field (San Diego), para que la policía aduanera llevara a cabo un registro de drogas. El piloto cumplió la orden de la policía federal y desembarcó todo el equipaje en la pista de aterrizaje para que fuera rastreado por los perros. El año pasado, el protagonista de 'Dos hombres y medio' se retiró a una comunidad en Rosario, en Baja California, donde compró tres pequeñas propiedades. Su intención era alejarse de la vida de Los Ángeles y residir en una casa de 250 metros cuadrados, cuyo precio fue «muy asequible».
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