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Palomo Linares cambió los ruedos por la pintura abstracta. :: p. urresti
Se apaga  el corazón de Palomo Linares

Se apaga el corazón de Palomo Linares

El diestro, de 69 años, no logra superar la operación coronaria a la que fue sometido el pasado viernes. Deja una familia enfrentada

G. ELEJABEITIA

Lunes, 24 de abril 2017, 23:48

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Sebastián Palomo Linares falleció ayer pocos minutos después de las cinco de la tarde en el hospital Gregorio Marañón, a consecuencia de las complicaciones derivadas de la operación a corazón abierto a la que fue sometido el pasado viernes. Después de cuatro días en estado crítico en la Unidad de Cuidados Intensivos, un derrame cerebral irreversible terminó finalmente con su vida a tres días de cumplir 70 años.

Nada hacía presagiar el fatal desenlace cuando el diestro fue ingresado para una intervención que en principio iba a durar cinco horas. El propio Linares se mostraba optimista a la entrada del hospital, donde explicó a los periodistas que se encontraba «tranquilo, porque estoy en las mejores manos. Después de todas las cornadas que he sufrido, ¿cómo voy a tener miedo a esto?». Sin embargo la operación, en la que se le iba a practicar un doble bypass y a sustituir varias válvulas coronarias, no dio el resultado que se esperaba. Su corazón no respondió. El domingo, los médicos comprobaron que había sufrido un derrame cerebral en una zona «muy delicada» y, aunque en la mañana de ayer todavía tenía alguna actividad cerebral, su capacidad estaba «muy disminuida».

Su agonía dio pávulo a cierta confusión en torno a su fallecimiento. Varios medios publicaron la noticia de su muerte a media mañana, pero minutos más tarde familiares y fuentes del centro hospitalario lo desmentían. En realidad, el torero permanecía sedado y conectado a ventilación mecánica, con el fin de que pudiera donar sus órganos. Fue desconectado a las 17.13 horas.

La capilla ardiente está instalada desde primera hora de esta mañana en el tanatorio de La Paz de Alcobendas, donde esta tarde será incinerado tras la celebración de una misa. Sus cenizas, según confirmó ayer su apoderado, José Luis Lozano, serán expandidas en su residencia habitual, la finca toledana El Palomar, por expreso deseo del torero.

Nacido en 1947 en la localidad jienense de Linares, Sebastián Palomo Martínez procedía de una familia humilde sin antecedentes en el mundo del toreo. Hijo de un minero y un ama de casa, se aficionó a torear como maletilla mientras trabajaba como aprendiz de zapatero. Tomó la alternativa el 19 de mayo de 1966 en Valladolid, apadrinado por Jaime Ostos, que ayer se mostraba «muy afectado» por el triste final del maestro. En la temporada del 69 formó pareja con El Cordobés para presionar a los empresarios taurinos, lo que les valió el apodo de 'Los guerrilleros', y un año después confirmó su alternativa en Las Ventas de la mano de Curro Romero.

Fenómeno social

Su tarde más recordada fue la del 22 de mayo de 1972, cuando salía a hombros del coso madrileño tras cortarle las dos orejas y el rabo al toro 'Cigarrón', durante la Feria de San Isidro. Nadie lo había logrado en los últimos treinta años y eso le convirtió en un auténtico fenómeno social, que llegó incluso a protagonizar dos películas junto a Marisol.

Casado durante 35 años con la diseñadora de joyas colombiana Marina Danko -con la que tuvo tres hijos varones, Sebastián, Miguel y Andrés-, sus problemas de salud coincidieron con su separación en el verano de 2011. Menos de una semana después de anunciar su ruptura, el matador de toros reconvertido en pintor abstracto, sufría un infarto. Desde entonces su vida familiar ha sido objeto de polémica. Al parecer, sus hijos, más cercanos a la madre, habían cortado la comunicación con el diestro. Hace sólo un par de días, Concha Azuara les recriminaba públicamente que hubieran «abandonado a su padre».

En los últimos meses Linares no se encontraba bien. En diciembre fue ingresado por lo que parecía ser una fuerte gripe, pero pasaban las semanas y no conseguía dejar atrás una preocupante sensación de cansancio que le impedía «hacer vida normal». Se decidió a pasar por quirófano con la ilusión de estar presente en la inauguración de su próxima exposición de pintura.

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