Borrar
Amor a primera vista

Amor a primera vista

El modisto Tom Ford celebra 30 años de relación junto al periodista Richard Bucley, 13 años mayor. «Nació para estar conmigo el resto de su vida»

LUIS GÓMEZ

Lunes, 27 de febrero 2017, 20:26

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Tom Ford (Austin, 1961) ha conseguido algo inaudito: vestir y dirigir a lo mejor de Hollywood. Se ha marcado un 2x1, gracias a actrices como Julianne Moore y Amy Adams, que beben los vientos por el modisto tejano, lo mismo que Colin Firth y Jake Gyllenhaal, además del top model bilbaíno Jon Kortajarena. Los cinco han desfilado para él y han protagonizado los dos filmes que ha dirigido hasta la fecha. Con 'Un hombre soltero' y el inquietante 'thriller' 'Animales nocturnos' -Gran Premio del Jurado en la pasada Mostra de Venecia-, se ha consagrado como un cineasta de postín y eliminado los complejos que le aterraban.

Si como modisto nadie discute su influyente papel en las últimas décadas -rescató a Gucci de la ruina e impulsó su firma homónima como una de las más exclusivas del segmento ultralujo-, como realizador tenía serias dudas. No es que se viera como un intruso en un mundo extraño, sino que sentía vértigo ante la posibilidad de no dar la talla. «Cuando dije que quería ser director la gente se rió a mis espaldas. Les pareció una idea ridícula y con el tiempo me lo reconocieron. Amo el ajetreo del mundo de la moda, pero me encanta también el 'tempo' lento del cine. La moda es efímera, se la lleva el viento. Puestos a dejar huella, prefiero hacerlo en las películas. Ahora bien, soy un poco paranoico: evito cruzar a toda costa los dos mundos y prefiero seguir saltando del uno al otro. Y espero no tener que elegir, porque me entrarían dudas salomónicas», confesó a la revista 'Harper's Bazaar'.

Mientras trata de resolverlas, se enfrenta a su doble faceta de diseñador de ropa-director. Admite que sufre un desdoblamiento de la personalidad y que siempre busca «el equilibrio entre la sustancia y el estilo». En pleno periodo de reflexión vital, ha ido soltando amarras al celo con el que ha conducido su vida íntima e incluso ha puesto en tela de juicio el materialismo de la sociedad actual. Su lucha contra el consumismo sorprende en un profesional que ha hecho del 'usar y tirar' un oficio que le ha convertido en multimillonario. «Ya he asumido esa contradicción, pero durante una época de mi vida no fue así», subraya. Ford, que no tiene ninguna intención de vestir a Melania Trump, confiesa que se ve reflejado en el papel de Amy Adams, una prestigiosa galerista de arte que no está a gusto en su piel, y que a ambos les guía un afán perfeccionista por controlarlo todo. «Hay mucho de mí en ese personaje, en esa sensación de vacío que me inundó en un momento de mi vida, atrapado como estaba en esa cultura de consumismo a la que tan generosamente he contribuido. Como mucha otra gente, yo también pensaba que eran las cosas las que daban la felicidad. Vivimos en un mundo material y no pasa nada por disfrutarlo, siempre que no perdamos la perspectiva».

Pero lo más importante de su vida, hoy por hoy, son las personas que hay en ella. Igual que su última película habla de aferrarse a la gente que uno quiere y no dejarla tirada, el diseñador sólo tiene ojos para sus dos hombres: el periodista de moda Richard Buckley, su pareja desde hace tres décadas y 13 años mayor que él, y el hijo de ambos, Alexander John Buckley Ford. «En medio de esta sociedad donde todo es desechable, hasta las relaciones humanas, reivindico el valor de la lealtad», esgrime.

«Lo decidí en un ascensor»

Si por algo sorprende el giro que Ford ha dado a su vida últimamente es por confesar lo que siempre había callado. Se ve tan a gusto en su papel de marido feliz que salió a escena a finales del año pasado para revelar las razones por las que nunca abandonará a su pareja. «Richard era un periodista de moda y yo era un diseñador joven. Nos conocimos en un desfile de un amigo mutuo. Nuestras miradas se cruzaron. Fue literalmente amor a primera vista. Había algo en sus ojos que decía: 'Para el resto de tu vida'. Desde entonces hemos estado juntos». Buckley, que trabajaba de editor en la afamada publicación 'Women's Wear Daily', coincidieron días después en un ascensor. «Decidí en aquel elevador que me casaría con él».

Ford asegura que todavía se siente como el primer día: «Richard nació para estar conmigo el resto de su vida». En un mundo donde los flirteos son un secreto a voces, el modisto justifica las causas de su longeva relación: «Si la persona con la que estás es alguien que respetas, que crees que tiene un alma y un corazón buenos, no lo dejes jamás, porque no encontrarás a nadie mejor. Incluso si hay momentos, y hasta años, que pueden ser difíciles, lo soportarás hasta el fin». 'Animales nocturnos' es su manera de decir: «No expulséis de vuestra vida a las personas que realmente significan algo para vosotros», resalta este creador con debilidad por las pelirrojas.

Que el matrimonio viva una continua luna de miel no significas, ni mucho menos, que Ford no tenga ojos para otros hombres. Durante el rodaje de 'Animales nocturnos' confesó que le ponía «el torso peludo» de Jake Gyllenhaal. Tras 30 años juntos, la prioridad de este influyente matrimonio es el pequeño Alexander, de 4 años. «Todas las mañanas levanto a Jack, le doy el desayuno, lo visto y le llevo al colegio. Richard lo recoge y yo siempre llego a casa a tiempo para el baño, el cuento y las canciones antes de dormir», confiesa.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios