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Anita Guerra
Miércoles, 2 de noviembre 2016, 06:16
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Teresa Perales tiene poco tiempo libre, pero el que tiene lo invierte en los demás. La generosidad es una de sus señas de identidad. Si no lo creen, no hay nada más que prestar atención a las palabras que intercambiamos con ella en el acto 'Aplauso a los voluntarios', de la Fundación Telefónica.
"Tengo Tokio en el punto de vista. Me apetece y si el cuerpo me aguanta, ¿por qué no lo voy a hacer? Si puedo sumar medallas para España, fenomenal. Mi hijo tendrá 10 años... Al final, para lo positivo busco excusas. Y mi hijo es siempre mi mejor excusa para todo", nos contaba con los ojos brillantes. Sí, porque la gran debilidad de su vida tiene seis años, se llama Mariano y el amor que se tienen es recíproco.
"En Río, el niño ha vivido la alegría y la tristeza por no ganar. Pero él le da la vuelta a la tortilla y me dice: 'Mamá, has ganado un diploma. A mí no me importan las medallas, solo quiero volver a casa contigo'. Me ha dado la mayor lección de todas. Ponemos a veces el foco en lo que es menos importante. Llevo cuatro años obsesionada con las seis medallas y el niño solo quería estar conmigo".
Más información en Mujerhoy.com)(
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