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Santi Millán, presentador y actor español.
«Una siesta tras hacer deporte... ¡no tiene precio!»

«Una siesta tras hacer deporte... ¡no tiene precio!»

Santi Millán no le tiene miedo «a nadie», cree que su traje de baño no se merece un escrache y dice que los expresidentes del gobierno no deben meterse «donde no les llaman»

julia fernández

Martes, 1 de septiembre 2015, 21:41

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- Habrá descansado este verano porque vaya otoño le espera...

- Sí, sí. Es lo bueno que tiene irte de vacaciones sabiendo que vas a pringar después, que vas más preparado para desconectar. Otros veranos son más raros porque no sé lo que me espera después.

- Presentador de un talent show... ¿hubiera concursado?

- Nooo. ¡Si no tengo talento!

- Venga, bah, alguno tendrá.

- De este tipo, no. Te lo juro. De hecho, una de las causas por las que me apunté al proyecto es para ver si se me pega algo...

- ¿Hay mucho talento suelto?

- Sííí. Y muchos mal aplicados, también te lo digo.

- Entonces, lo que necesitamos son más ojeadores.

- ¿Sabes qué pasa? Que hay mucha gente talentosa a la que no se descubre porque no lo demuestra.

- Es que da miedo hacerlo mal.

- Por supuesto. Pero hay que darse el gusto de equivocarse y cagarla. Nos queda mucho por aprender. Y no solo los que lo intentan, sino a los observadores, que penalizamos mucho el error.

- ¿Cuándo dijo eso de: ¡La he liado parda!?

- Muchas veces, pero una gorda fue en un programa con Andreu (Buenafuente) en TV3. Regalábamos un coche y yo me lo tenía que llevar del plató. No sé qué pasó, pero lo estrellé contra una pared del decorado. No pasó nada grave, aunque detrás había un técnico, Fermín Fernández, que manejaba una estructura de hierro. Podía haberle ocurrido una desgracia.

- Cualquiera le pregunta por el que tiene en el garaje...

- Pues es un Seat León X-Perience fantástico.

- ¿Es de los de carretera y manta en vacaciones?

- Con los críos ya no tanto. Antes sí. Mi mujer y yo éramos muy de irnos a un país, por ejemplo, Sri Lanka, alquilar allí un coche y recorrerlo sin ninguna prisa.

- Ahora le va más la bicicleta. ¿Cómo empezó? ¿Se miró un día al espejo y se vio gordo?

- Fue hace cuatro años y de forma casual. Acabé de hacer Uau, un programa de Cuatro, y me fui de vacaciones con mi socio, Carlos (Ortet), a Menorca. Allí sentimos la necesidad de hacer algo más que descansar y alquilamos unas bicis.

- Ya decía yo que no le imaginaba tirado 12 horas en la hamaca.

- No te equivocabas, no. Prefiero tirarme después. ¡Esa siesta no tiene precio!

- No para de meterse en berenjenales: que si la Quebrantahuesos, que si la Titan Desert, que si la Snow Epic en Suiza...

- Jajaja. ¡Es lo que tiene juntarte con mala gente y no saber decir que no!

- ¿Se pica mucho?

- Un poco sí, no te voy a engañar.

- ¿Cuánto tiempo entrena?

- Es complicado. Estaría bien poder hacerlo entre 10 y 15 horas semanales. Si fueran 20, mejor, pero bueno... Hay semanas que se puede hacer y otras que no. Lo importante es no angustiarse cuando no llegas. No pasa nada.

- Sus críos tienen que pensar que su padre está loco.

- Jajajajaja. Lo tienen asumido. A la última carrera, en Canadá, se vino toda la familia. Estuvo muy bien. A la vuelta, mi hijo me pidió que saliéramos en bici juntos.

- Es un culo inquieto y, además, se moja. ¿Quién es Nacho?

- Es un niño con síndrome de Dent... Si hablas de este Nacho, porque también está Nacho Vidal, que tiene otro problema...

- Jajajaja.

- Ahora en serio, Nacho es un crío que conocí en una sesión de fotos en el hospital de la Vall dHebron. Me fijé en él porque llevaba unas zapatillas del Barça como las de mi hijo y hubo una conexión especial. Pensé que si mi hijo estuviera enfermo también me gustaría que me ayudaran. Su madre, Eva, me contó que tenía una asociación y decidí echarle una mano. Fue hace unos años. Ahora somos como familia.

- Este es solo un caso en el que se ha implicado, pero hay más.

- Te diría que es algo casi egoísta. Si yo le pidiera a alguien que me ayudara, me gustaría que no me diera la espalda. La putada es que no puedes echar una mano a todos los que te lo piden. Tienes que focalizar y elegir unos cuantos casos. Ojalá todos hiciéramos eso.

- Sin embargo, en política no se moja mucho.

- Soy más cuidadoso. Yo creo que los actores tenemos que pasar lo más desapercibidos posible para que luego no estemos por encima de nuestros personajes. No hay que olvidar que lo que hacemos es entretenimiento. Aunque respeto muchísimo a los que sí se posicionan. Yo soy más de denunciar cosas concretas que de adscribirme a tendencias políticas.

- No le pregunto por siglas, pero dígame qué le hace a usted levantar la voz.

- La corrupción y el abuso de poder, más allá de los partidos.

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