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Los bordados y el primer beso de casados en la portada de 'Hello!'. Angelina pensativa y foto de familia en 'People'. :: r. c.
El álbum de 'Brangelina'

El álbum de 'Brangelina'

El vestido de la actriz, diseñado por Donatella Versace, estaba bordado con dibujos que hicieron los hijos de la pareja.Brad ni siquiera estrenó traje

CARLOS BENITO

Miércoles, 3 de septiembre 2014, 00:01

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Las imágenes de la boda de Brad Pitt y Angelina Jolie han tardado tanto en salir a la luz que algunos se temían ya que el enlace hubiese sido una cosa vulgar, decepcionante, indigna del talento de la pareja para el impacto mediático. Pero qué va: ayer, diez días después de la ceremonia, las revistas 'People' y 'Hello!' publicaron por fin su exclusiva conjunta, y el mundo entero pudo comprobar que la actriz había acudido al altar con un vestido marfil en el que se distinguen varios osos de peluche, cebras, aviones, una familia de conejos, flores, la torre Eiffel e incluso la palabra 'buttock', que viene a ser 'culo' en inglés, todo ello primorosamente bordado pero quizá no tan bien dibujado.

De la aguja se encargó Luigi Massi, maestro sastre en Versace, ya que el vestido era un diseño de la propia Donatella. Pero las ilustraciones no habían salido de los talleres de la firma, sino que eran obra de los hijos de la pareja, que plasmaron sobre el papel los motivos que consideraban más adecuados para la ocasión. Según desvelan Brad y Angelina en las entrevistas que acompañan a los reportajes fotográficos, a los niños se les asignó un papel central en la organización y el desarrollo de la ceremonia: «Resultaba importante para nosotros que el día fuese relajado y lleno de risas. Era algo especial para compartir con nuestros hijos», explican.

Maddox, de 13 años, y Pax, de 10, escoltaron a su madre por el pasillo de la capilla; Zahara, de 9 años, y Vivienne, de 6, se encargaron de arrojar sobre los contrayentes pétalos de flor recogidos del jardín; Shiloh, de 8 años, y Knox, de 6, fueron los responsables de portar los anillos. Incluso el pastel de boda fue obra de Pax y unos amigos suyos, que acabaron rebozados en harina pero superaron con éxito este gran reto para la repostería infantil.

Marcha tarareada

Toda la ceremonia respondió a ese perfil distendido y doméstico. Brad Pitt ni siquiera estrenó traje: se puso uno que ya tenía por ahí y olvidó meter la corbata en la maleta, así que acabó luciendo la que le prestó uno de sus hijos. Cuando Angelina entró en el templo, el propio novio tarareó la marcha nupcial. Los veinte invitados presentes en el Château Miraval, la propiedad de la pareja en Provenza, comieron un menú casero a base de jamón, queso y pescado de la región. Y Brad Pitt puso el detalle emotivo al encargar que grabasen una piedra como homenaje a Marcheline, la madre de Angelina, fallecida en 2007.

Ahora, la pareja se encuentra en Malta, donde están rodando su primera película juntos en diez años. Tampoco se trata precisamente de un viaje de novios convencional: «Hacemos de matrimonio infeliz -han explicado-. No se nos escapa lo extraña que es esta luna de miel».

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