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Julio Iglesias, en una de sus habituales poses. ::
Será por dinero

Será por dinero

ARANTZA FURUNDARENA

Sábado, 23 de agosto 2014, 00:01

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Todos tenemos un precio. Menos Julio Iglesias, que tiene dos. Uno en euros y otro en rublos. El cantante ni se compra ni se vende. Se alquila. Para fiestas privadas y aniversarios. Abstenerse despedidas de solteras y meriendas infantiles (de momento). No ha sido la primera vez ni será la última. Ni es el único artista que lo ha hecho. ¿Qué ha hecho Julio? Pues, según el portal Vanitatis, cantar 'a la carta' para un magnate ruso en un 'party' celebrado en un casoplón de Marbella. El millonario quería darle una sorpresa a su señora en el día de su cumpleaños y no se le ocurrió nada mejor que contratar a Julio Iglesias para que les interpretara allí, en petit comité, lo mejor de su repertorio. Eso sí que es rizar el rublo... Se ignora cuánto ha cobrado el cantante, pero se intuye que mucho, porque por fiestas similares Kylie Minogue, Robie Williams, Beyoncé y Britney Spears han llegado a embolsarse hasta dos millones de dólares. Y George Michael, por actuar un ratito para otro ruso, dos y medio.

A Kennedy le cantó el 'Happy Birthday' Marilyn Monroe. Banderas, el año pasado en la Starlite, se tuvo que conformar con que se lo cantara Marta Sánchez (como diría Alejandro Sanz, no es lo mismo). A la mujer de ese rumboso magnate tal vez le habría gustado que se lo susurrara al oído George Clooney aunque no hubiera dado una nota en su sitio. Pero el dueño de la chequera (de la casa, la piscina, el yate y el deportivo) es su esposo y a él le ha parecido que con Julio Iglesias va servida. Si Julio tuviera los cuarenta y tantos de sus tiempos golfos tal vez el ruso hubiera preferido contratar a Aznavour. Pero a Iglesias le falta poco para llegar a catedral gótica. El 23 del mes que viene cumplirá los 71. Y, como él mismo ha reconocido, ya no es el que era. No tanto por la edad, sino por el desgaste: le ha dado varias veces la vuelta al cuentakilómetros.

Es de esperar que el magnate no le hiciera a Julio aparecer por sorpresa del interior de una caja o de una tarta (ese recurso tan típico de las fiestas de cumpleaños de los nuevos ricos), cantando el 'Me va, me va, me va...' Porque eso es algo que a él no le va, no le va. A veces los millonarios, sobre todo los que lo han sido de golpe (algunos, a golpes) se creen que todo se puede comprar con dinero. Y bueno, sí, seguro que tienen razón. Pero no hay que dársela. Mucho peor que cantar para un magnate ruso es llevar una camiseta con la cara (de cemento) de Putin, como Mickey Rourke, Steven Seagal y algún otro desubicado famoso. Julio al menos seguro que cantó de traje. Y sin concesiones al Kremlin.

Teniendo en cuenta que cien rublos son dos euros, ¿cuántos billones de rublos hay que tener para permitirse el capricho de gastar cientos de miles de euros en una actuación privada de Julio Iglesias? Muchos. Casi tantos como petrodólares atesora ese príncipe saudí al que le han robado un cuarto de millón de euros en París y se ha largado a Ibiza de fiesta.

Abdul Aziz Bin Fahd, hijo del difunto rey Fahd, circulaba por París con su extensa comitiva, un convoy formado por trece vehículos de lujo, cuando uno de ellos fue asaltado por un grupo armado. Creen que se trata de la banda 'La Pantera Rosa' (y tal vez rusa pues llevaban kalashnikov). Se llevaron el dinero y unos documentos del jeque. Pero a él lo único que le preocupaba eran sus medicinas. Y esas las recuperó. Así que decidió seguir rumbo a Ibiza. Para un hombre con un yate de 150 metros de eslora, la 'calderilla' perdida no es gran cosa. Se la ahorra no yendo a cenar una noche o no contratando a Julio Iglesias.

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