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Madonna, embutida en la extraña indumentaria con la que salió a navegar por las aguas de Ibiza con unos amigos. :: gtresonline
A la playa de lagarterana

A la playa de lagarterana

ARANTZA FURUNDARENA

Jueves, 21 de agosto 2014, 00:04

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Hay una canción que Madonna no cantará ni en la ducha: 'Un rayo de sol' (oh, oh, oh), de Los Diablos. Porque ella detesta el sol o al menos los efectos colaterales que causa en su piel, es decir, el bronceado. La marmórea diva recala estos días en Ibiza. Y un año más ha vuelto a dar el cante con su peculiar manera de presentarse en la playa. Dicen que Madonna se viste así para intentar pasar desapercibida. Falso. Si quieres pasar desapercibida en Ibiza o en cualquier otro destino vacacional, a la playa vas en bañador. Y no vestida de lagarterana.

El atuendo de Madonna no es exactamente un traje de lagarterana (más quisiera ella) pero también tiene tela (mucha tela) y casi le supera en refajos. El ya célebre 'burkini' musulmán se queda en deshabillé al lado del complejo atuendo playero de la cantante. Y es que en su afán por innovar, la Ciccone ha terminado por inventar el 'Madkini'. 'Mad' de Madonna y 'mad' de loca, en inglés. Sin duda hace falta un punto de chaladura para presentarse en una cala ibicenca con semejante disfraz... A saber: camiseta negra de licra de manga corta sobre otra interior estampada que asoma por debajo, mangas largas extraíbles y extendidas hasta los nudillos de color blanco, pantalón ancho negro sobre otro de licra del mismo color, pamela del tamaño de África con dibujos geométricos, gafas de sol XXXL y, de remate, amplia bata estampada tipo kimono, más propia para una representación de teatro Kabuki que para una alegre jornada en el mar. En resumen, una indumentaria más indescifrable que la cábala. Eso sí, todo ello perfectamente conjuntado en blanco y negro. Que Madonna habrá perdido el juicio pero no su capacidad para coordinar los complementos.

No parece que el extravagante atuendo playero de Madonna, con el que lleva insistiendo varias temporadas (cada año le añade una prenda), esté marcando tendencia. Más bien, podría crear confusión, porque ahora cualquier rubia que se presente en la playa con leggins, pamela y en bata de casa va a ser tomada por Madonna. O por chiflada. Que viene a ser parecido. Lo que está claro es que con semejante atavío la cantante no pretende camuflarse ni ir de incógnito, como aseguran algunos, sino llamar la atención con más insistencia que el payaso de McDonald's. De hecho, solo le falta repartir 'flyers' de su espectáculo.

La reina del pop no navega sola por las calas de Ibiza. La acompañan en su imponente yate, además de los 100.000 hijos de San Luis (o sea, sus numerosos guardaespaldas), su propia hija Lourdes María, de 17 años, que no ha salido a su madre: se pasa el día en biquini. La jovencita ya tiene la piel más tostada que su progenitor, el morenazo cubano Carlos León. Ahí se ve que Madonna como educadora es tolerante y no les prohíbe a sus hijos (dos de ellos son africanos) tomar el sol. La cantante y su séquito se alojan en una mansión de Cala Carbó por la que ya han pasado este verano Kate Moss y Naomi Campbell. Las dos por cierto estuvieron el pasado sábado en la rutilante fiesta organizada por la diva del pop con motivo de su 56 cumpleaños. Estuvo inspirada en los años veinte, así que quedó como un 'remake' del Gran Gatsby... O sea, gente riquísima y desmadradísima, alegremente eufóricos por fuera y terriblemente desesperados por dentro. La cantante quiso alegrar a sus fans colgando en la red una foto suya en topless de cuando tenía 30 años menos. Porque a Madonna te la puedes encontrar ligera de ropa en cualquier sitio... Menos en la playa.

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