Una peregrinación visitará los enclaves europeos que inspiraron el Concilio Vaticano II

Historia, arquitectura y arte, entre otras manifestaciones culturales en torno a la religión se han convertido en una razón para hacer las maletas y emprender un interesante viaje que descubrirá a los ojos de los viajeros los enclaves del centro de Europa donde se fraguó la renovación litúrgica del Concilio Vaticano II.

Un grupo de feligreses, asesorados por la delegación de patrimonio del arzobispado, ha organizado una peregrinación por los diferentes monasterios, abadías y templos. Los peregrinos partirán en avión desde Valencia a Bruselas. El arzobispado comunicó que en la capital belga se iniciará el itinerario en autobús por Lovaina, Aquisgrán, Colonia, Koblenza, Mainz, Heildelberg, Tubinga, Beuron, Constanza, Muncih, Melk y Viena.

El canónigo Jaime Sancho, responsable de patrimonio del arzobispado, explicó que la iniciativa ofrece la posibilidad de conocer «en el centro de Europa la raíz de la renovación de los ritos, de la liturgia, que trajo el Concilio Vaticano II». Recuerda Sancho que los cambios fueron acompañados de la generación de «un arte y una arquitectura nuevos» que la peregrinación ayudará a descubrir en un periplo «no sólo turístico, sino que tiene un sentido religioso».

Cita entre los cambios con consecuencias artísticas «la disposición de los altares, la concelebración, la introducción de las lenguas vernáculas y la recuperación del estilo primitivista de los iconos». Comprobarán cómo la renovación sobre aspectos pastorales y de la ciencia litúrgica «se unieron y surgió el movimiento litúrgico» del que se desprenden las manifestaciones artísticas y culturales que podrán contemplar.

Conocerán las abadías de Maredsous y de Keizerberg, la Basílica Nacional de Koekelberg, la Capilla Palatina de Aquisgrán, la catedral de Colonia, la Abadía de Laach, el Museo de Gutenberg, el castillo de Heidelberg y su universidad, la Universidad de Tubinga, las islas de Reichenau y Mainau en el lago Constanza. También la catedral de Múnich, antes de llegar a la abadía de Melk en Austria. La última etapa será Viena, desde donde regresarán.