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L. SORIANO
Martes, 10 de enero 2017, 00:13
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valencia. Hacer de la ficción una realidad. Ese es el trabajo que el Ayuntamiento de Valencia ha encargado a varios investigadores de la Universitat Politècnica para buscar una alternativa al uso del corcho en las fallas.
Los profesores que están trabajando en el proyecto esperan conseguir avances en tres meses y, de hecho, le pidieron ayer al alcalde de Valencia, Joan Ribó, y al concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, que les hagan un hueco en la falla municipal para ver si llegan a tiempo de crear un ninot hecho de pasta de serrín y paja de arroz.
Uno de los investigadores, Rubén Tortosa, del departamento de Dibujo de Bellas Artes, explicó que en una primera fase probaron con pepitas de uva, orujo o trigo, pero el material que mejor resultado ha dado es el de serrín de maderas de árboles de balsa y la paja del arroz.
En la segunda fase que iniciarán ahora llevarán el material que han diseñado -que tiene la textura de una pasta- a la impresión digital «para generar algún ninot, para ver si podemos llegar a ponerlo ya en la falla municipal de este año», indicó. El concejal Pere Fuset dijo que podían estar tranquilos, que él hacía un hueco de inmediato.
Ribó se comprometió a buscar financiación, seguramente a través de InnDEA, para financiar esta parte del proyecto con los 12.800 euros que precisa. «Nos interesa que las Fallas sean sostenibles desde el punto medioambiental y dar salida a la paja del arroz de La Albufera», dijo Ribó, que también estuvo acompañado por el concejal de La Albufera, Sergi Campillo.
Fuset reconoció que hoy día no hay alternativa al corcho, «pero a medio plazo puede ser realidad. Queremos encontrar materiales sustitutos que no supongan un riesgo para la salud laboral de los artistas». También dijo que quieren que «la falla municipal sea un ejemplo de vanguardia y conseguir una combustión más limpia y que la declaración de las Fallas como Patrimonio Inmaterial sea un estímulo para los investigadores».
Como ventaja de este material, investigadores como Miguel Sánchez, profesor del departamento de Informática de Sistemas y Computadoras; José Ramón Albiol, de la Escuela Superior de Ingeniería de la Edificación; Xavier Más, del departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Bellas Artes o el vicedecano de Ordenación Académica, José Galindo, explicaron que esta pasta de serrín y arroz es menos contaminante que el poliestireno expandido. «Al ser madera y elementos vegetales, al arder huele a madera y se utiliza el material que se necesita, no genera sobrantes, como en el corcho», indicaron.
También recordaron que la pasta se puede guardar y mantiene su textura.
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