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Fiestas de la Inmaculada en Algemesí. :: manuel bruque/efe
Fervor en la fiesta de la Purísima

Fervor en la fiesta de la Purísima

Ontinyent se precia de ser uno de los primeros pueblos de España en celebrar actos en honor a esta imagen

PPLL

Martes, 1 de diciembre 2015, 23:56

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valencia. Se acerca una de las fiestas más importantes del calendario, la festividad de la Inmaculada Concepción, denominada popularmente en estas tierras la Fiesta de la Purísima que celebraremos el próximo martes 8 de diciembre.

Es algo así como la puerta que abre las celebraciones navideñas, la que ha marcado incluso en la indumentaria, tan ligada al calendario festivo, el inicio oficial del invierno, y aún en muchos pueblos marcaba el cambio de ropa, salían del armario aún con olor a naftalina los abrigos y bufandas. Todo ello ya son recuerdos que quedan en el pasado.

En la Comunitat aún se mantienen con fuerza y solemnidad algunas fiestas en honor de la Inmaculada Concepción o la Purísima como es el caso de Ontinyent, la primera en festejar la Concepción Inmaculada de María, siglos antes de que fuera declarada dogma de Fe, o las Fiestas de Moros y cristianos de Monforte del Cid, los últimos del año. Fiesta también muy solemne en Torrevieja, son sus festejos patronales; en Villareal, la fiesta de las Purisimeras; en Castello, una de sus festes de carrer más destacadas.

Para determinar el origen de esta fiesta hay que remontarse a uno de los documentos más genuinos, el «Canon de la Festa», compuesto por San Andrés de Creta, en la segunda mitad del siglo VII. En la iglesia oriental la solemnidad emergió de las comunidades monásticas, y eventualmente fue fijada fiesta en el calendario de Basilio II, con la aprobación de la iglesia y del estado. Pero no fue hasta el 28 de febrero de 1476, mediante un Decreto de Sixto IV, que adoptó la festividad para toda la iglesia.

El 8 de diciembre de 1661 Alejandro VII declaró la inmunidad de María del pecado original. Los reyes de la Corona de Aragón fueron firmes defensores de la Concepción de María sin pecado original, mucho antes de que fuera declarado Dogma de fe en 1854 por el Papa Pio XI.

El Rey Jaume II de Aragón ordenó en Valencia que se observara como festivo el día de la Concepción de María Santísima.

Valencia y el antiguo Reino de Valencia fueron pioneros en la defensa de la Inmaculada Concepción de María en todos sus ámbitos, no sólo institucionales, sino también populares, intelectuales, literarios o artísticos.

Ontinyent se preció de haber sido uno de los primeros pueblos en España, por no decir el primero, en haber honrado a la Virgen en el Misterio de su Inmaculada Concepción. De tiempos de la reconquista, con el Rey Jaume el Conqueridor data la devoción y el culto a La Purísima, como lo atestigua la cruz parroquial, obra de orfebrería de 1392. El amor de Ontinyent hacia la madre de Dios se puso de manifiesto en 1615 con la adquisición de la primera imagen de la Inmaculada; ahora se cumplen cuatrocientos años que fue esculpida en plata, sufragada por los Jurados del pueblo. Ontinyent eligió a La Purísima como patrona el 29 de marzo de 1642, y el 23 de enero de 1745, consiguieron que el Papa Benedicto XIV la declarase patrona canónica de la Villa.

Quince años después, el rey Carlos III solicitó al Papa Clemente XIII que proclamara como patrona de España a la Inmaculada Concepción. Fue el 25 de diciembre de 1760

El Papa Pio IX proclamó el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María el 7 de diciembre de 1854. Este Papa fue el que, el 8 de diciembre de 1857, mandó construir en la plaza de España de Roma el monumento a la Inmaculada.

En Valencia es de obligada visita la Capilla de la Purísima, en el Real Colegio del Corpus Christi, en el Patriarca, la que está decorada con valiosos tapices. La imagen de la Inmaculada Concepción es obra de Juan de Mena, o en la iglesia de la Compañía donde podrá admirar la tabla de Juan de Juanes, la más antigua dedicada a esta advocación mariana o en la Catedral de Valencia la Capilla de la Inmaculada, presidida por una hermosa imagen obra del imaginero Ponsoda, sin olvidar en plena huerta, lo poquísimo que queda de ella, la ermita de Vera, dedica a la Purísima que posee un encanto especial.

Este próximo fin de semana serán muchos los pueblos que festejen a la Purísima. Destaca sobre todo Ontinyent. El domingo por la mañana tendrá lugar la multitudinaria ofrenda de flores, precisamente en la plaza donde fue coronada ya hace muchos años. Participan todas las entidades festeras e instituciones, y el día de su fiesta, el próximo martes por la tarde, desde la iglesia de Santa María, partirá la solemne procesión. Irá precedida por las numerosas danzas que se bailan en su honor. Se ha realizado un gran trabajo en los últimos años por recuperarlas siendo los escolares sus protagonistas. Impresionante el paso de la Purísima por las estrechas calles del barrio antiguo, la Villa, un silencio solo roto por el canto «dels Angelets».

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