Tales pone el broche a la temporada en Castellón

La localidad castellonense de Tales apura los últimos días de sus fiestas. Este fin de semana se pondrá el punto y final a las celebraciones, o lo que es lo mismo, la temporada taurina en la provincia de Castellón bajará definitivamente el telón. Este pequeño municipio de la comarca de la Plana Baixa se encuentra enclavado en el valle del Parque Natural de la Sierra de Espadà que definen Espino, el Montí y el Tossal. Su población, de 864 habitantes, se ve triplicada cuando cada año el calendario llega a los primeros días de noviembre. «Creo que ningún año ha habido tanta gente como éste. La respuesta de los aficionados ha sido todo un éxito, principalmente para el pueblo pero también para los negocios locales. Lo que trae gente a las fiestas de la localidad es el toro, luego eso se complementa con otros espectáculos, pero el eje principal es el cartel de los toros. Nosotros jugamos con la ventaja también de que somos el último pueblo de la provincia que hace organiza festejos y para los aficionados se ha convertido en una tradición venir aquí a cerrar el año», asegura Sergio Badenes, Concejal de Festejos y uno de los miembros de la Comisión de Fiestas. Al reclamo del toro bravo, los aficionados se citan en Tales con el objetivo de disfrutar de las arrancadas y embestidas de los últimos toros del curso. Cuando ya se ha alcanzado el ecuador de las fiestas, por las calles del municipio se han exhibido ya tres toros de las ganaderías de Las Ramblas, Partido de Resina y El Pizarral. «Digamos que han cumplido con el compromiso», reconoce Badenes sobre el juego de los astados. «Lo mejor es que no ha habido percances y esa es siempre la mejor noticia de la fiesta».

Las fiestas patronales se celebran en honor a San Juan Bautista, San Roque y Santa Bárbara y al reclamo de un cartel más que interesante se reunieron el pasado sábado los aficionados para presenciar la primera jornada taurina que tuvo como protagonista a un toro de Las Ramblas patrocinado por el ayuntamiento que dejó detalles tras una buena salida desde el cajón y a un astado de la legendaria ganadería de Partido de Resina -antiguo Pablo Romero-, exhibido por la Asociación Cultural Taurina de la localidad que cumplió con discreción. «El cartel ha tenido mucha aceptación especialmente por el pablorromero. Es una ganadería que con simplemente anunciarla arrastra a mucha gente». Era la primera vez que el mítico hierro de la boca de horno pisaba las calles de Tales. «Ver anunciado este hierro en el pueblo es un motivo de orgullo. Esta ganadería, por la categoría y el prestigio que tiene, solemos verla en municipios grandes o patrocinados por comisiones o peñas con muchas posibilidades económicas pero para nosotros ha sido gracias a mucho trabajo y dedicación». Las empedradas calles de Tales, sus pendientes y su desigualdad, constituyen un obstáculo para aficionados y para los toros, en definitiva, para el desarrollo del espectáculo. «Aquí tenemos complicado cubrir el recorrido con arena. Los toros van por el asfalto por tanto resbalan más de lo habitual y las lidias suelen ser breves para no castigar al animal en exceso. El terreno es complicado y desluce un poco el espectáculo», confiesa. Del toro de Las Ramblas, «muy grande, posiblemente el de mayor volumen que ha salido en Tales» -matiza Badenes- mostró buena condición de salida rematando en barrotes y barreras, sin embargo «era difícil que luciera porque le costaba desplazarse».

Los toros son del pueblo

La primera comisión de fiestas se remonta al año 1.964 y desde aquel día se han celebrado toros en Tales de manera ininterrumpida. Toda una declaración de intenciones del arraigo que la Fiesta tiene entre los habitantes del municipio. «Los toros son del pueblo, es una tradición con raíces muy fuertes entre la gente. Aquí los toros no peligran, contamos con el apoyo del Ayuntamiento», confiesa antes de poner en valor con un ejemplo el beneficio económico que representa un festejo taurino. «Hablando con algunos de los propietarios de bares y comercios, me dicen que no recuerdan haber hecho tanta caja en los últimos siete años como el pasado sábado. Todo eso es gracias al toro».

La gastronomía, junto a la veneración de los santos y la Virgen, constituye otro de los elementos esenciales de las fiestas. Cada día de toro las peñas se reúnen a las 12 del mediodía en torno a la mesa para degustar un buen almuerzo a base de sardina de bota, huevos estrellados y guindilla o bien un sabroso plato de robellones cocinados de mil y una formas. La Comisión, que se renueva anualmente, ha visto cómo el contexto económico ha obligado a adquirir menos toros que en años anteriores. «La organización de un festejo supone mucho trabajo en todos los sentidos, en tiempo y en dinero. Este año, por ejemplo, se han juntado dos peñas para patrocinar un toro y la Peña de les Dones, que solía hacer un toro el sábado, se ha quedado en patrocinar una embolada. A pesar de que la gente no está en la mejor situación económica, se sigue haciendo el esfuerzo para continuar con la fiesta». En cuanto a la adquisición de los toros, las peñas parten con la ventaja del calendario. «Los problemas para comprar toros nos los encontramos en agosto. A día de hoy hay menos toros en el campo y los precios han subido pero en noviembre no es tan difícil, tenemos la ventaja de que los ganaderos no quieren mantener al toro en las ganaderías unos meses hasta la temporada que viene y buscan darle salida y de ahí que logremos mejores acuerdos».

Los festejos taurinos se reanudaron el jueves con un encierro de Armando Beltrán, un toro cerril de El Pizarral y las emboladas de la noche, continuando este viernes con un encierro a las 14 horas y una suelta de vacas por la tarde de Juan Faet. Al día siguiente, el sábado, se pondrá el punto y final con el tercer encierro de la semana - de Faet- y la desencajonada de un toro cerril de Las Ramblas.