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El patio del Palacio del Embajador Vich, hoy en el Museo de Bellas Artes de Valencia San Pío V. :: lp
El Museo de Bellas Artes a través  de su historia

El Museo de Bellas Artes a través de su historia

El nacimiento se produjo con las obras donadas por los profesores y alumnos de la Real Academia de Artes de San Carlos

ÓSCAR CALVÉ

Sábado, 16 de mayo 2015, 23:53

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valencia. Mañana se celebra el Día Internacional de los Museos. Aunque su instauración es relativamente actual (1977), los loables objetivos que plantea merecen ser reconocidos. Su principal meta es reivindicar el relevante papel que le corresponde a los museos en sus respectivas sociedades. Hoy el museo se ha convertido en uno de los escasos recursos para fomentar el conocimiento, la preservación y la difusión del patrimonio cultural. En este sentido, Valencia goza de una amplia oferta donde destaca el Museo de Bellas Artes de Valencia, considerado una de las principales pinacotecas de España. El museo valenciano tiene su sede en el antiguo Colegio Seminario de San Pío V desde 1946, pero su historia se remonta a otra época más remota y a una institución: La Real Academia de Artes de San Carlos.

La Real Academia de San Carlos fue fruto del esfuerzo de varios artistas encabezados por los hermanos Vergara -uno de ellos el famoso escultor que labró la fachada de alabastro del Palacio del Marqués de Dos Aguas-, quienes lograron finalmente que en 1768 fuera reconocida como tal por despacho del rey Carlos III. Algunos años antes lideraron un efímero proyecto con otro nombre, pero la citada fecha abre el período de la definitiva Academia de Pintura, Escultura y Arquitectura valenciana. En origen ocuparon tres salas de la Universidad de Valencia. Allí se compaginaba la docencia con el aglutinamiento de obras artísticas que donaban los académicos de mérito y otros miembros honorarios, como por ejemplo Goya. La colección se fue ampliando gracias a los trabajos enviados por alumnos becados en el extranjero y las nuevas donaciones de particulares y del propio monarca. En apenas 30 años la Academia de San Carlos disponía de una colección de más de 200 obras. Por entonces el acceso a esas obras estaba restringido a un público minoritario y elitista vinculado al ámbito académico.

En 1812, bajo la dominación francesa, surge la idea de crear un museo entendido como un espacio de exhibición de obras de arte para el disfrute público, fundamentalmente con los fondos de la Academia de San Carlos. El restablecimiento del gobierno nacional un año después abortó el proyecto.

El punto de inflexión para la creación del Museo de Bellas Artes se produjo entre 1835 y 1837. Las medidas desamortizadoras del gobierno convirtieron las propiedades del clero en bienes estatales. La bancarrota de la nación, unida a la animadversión religiosa, llevaron a la incautación del patrimonio eclesiástico. En Valencia todas las obras de arte confiscadas se destinaron al nuevo Museo Provincial de Bellas Artes. Tan nuevo que no disponía de sede alguna. Sus organizadores, miembros de la Academia de San Carlos, se vieron desbordados ante la avalancha de obras artísticas. Aunque la picaresca provocó el 'extravío' de muchas obras (que en realidad se vendieron en el mercado negro), la colección era realmente impresionante y tuvo que almacenarse momentáneamente en el incautado edificio del Temple. Los gestores solicitaron el convento de la Merced por sus grandes dimensiones, pero se les cedió el del Carmen, donde el 5 de octubre de 1839 se inauguraba el nuevo museo. En principio solo se abría dos días al año, flexibilizándose luego el calendario de visitas - siempre con cita previa-, hasta 40 días anuales. Con el paso del tiempo y con las sucesivas ampliaciones del convento, el Museo de Bellas Artes de Valencia llegó a ser considerado el segundo museo de España. La Guerra Civil paralizó esta proyección. El museo se desmontó y se convirtió en almacén de arte y un buen número de obras se trasladaron a Madrid, al museo del Prado. La guerra causó daños irreparables al convento del Carmen y fue preciso buscar un nuevo centro.

El antiguo Colegio Seminario San Pío V (por entonces hospital militar) fue el espacio elegido para reubicar el Museo de Bellas Artes en 1946. No obstante, su menor capacidad respecto a la del convento del Carmen causó una serie de ampliaciones que todavía hoy ponen en jaque a sus gestores. Para la historia la riada del 57, episodio aciago que causó la desaparición de muchas obras. Otras han sobrevivido. No sólo al agua, sino al fuego, a robos, a guerras, a desamortizaciones y al inexorable paso del tiempo. Mañana es la jornada perfecta para disfrutarlas en su actual morada.

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