Habrá bous al carrer aunque no haya tradición

La fortaleza de los bous al carrer en la Comunitat Valenciana quedó ayer patente. Pese a que las arcas de ayuntamientos y peñas de aficionados ni mucho menos rebosan, el año acabará con casi 8.000 festejos en tierras valencianas. La cifra marca «todo un récord» en la historia reciente de esta actividad popular y demuestra su «profundo arraigo» en la región, como valoró ayer el conseller de Gobernación, Luis Santamaría.

La evolución de los datos dibuja un cuerno que apunta alto. Sólo en los diez primeros meses del año ya se han celebrado casi 7.700 actos taurinos, unos 1.500 más que en 2013. Pero si nos vamos más atrás en el tiempo, se observa que 2014 va a terminar con casi dos millares de festejos de bous más que antes de la crisis económica, pues hace siete años hubo algo más de 6.000.

La Conselleria de Gobernación explicó ayer a las peñas algunas de las modificaciones en el decreto autonómico de los bous que entrarán en vigor a partir de enero. Una de las más importantes es que ya no se exigirá el certificado de tradicionalidad, documento que acredita que existen precedentes de celebración en el pueblo. A partir de 2015, bastará con un informe favorable del ayuntamiento para organizar bous en cualquiera de sus modalidades. «No es sólo un cambio formal. Es algo que permitirá universalizar la fiesta», recalcó Santamaría.

En lo que va de año han sido 285 los pueblos que han incluido bous en sus festejos. Con la modificación del decreto, el número podría ser mucho mayor en 2015 y alcanzarse un nuevo pico de actos festivos. Castellón sigue a la cabeza de la tradición con diferencia. De las 135 localidades que componen su territorio, sólo hay cuatro sin fiestas taurinas.

Los cambios en el decreto también inciden en cuestiones de seguridad. Las caídas, revolcones y cornadas se cobraron hasta octubre la vida de tres personas y causaron heridas a 668. Gobernación pretende que los médicos contratados en los festejos tengan conocimientos quirúrgicos para «intentar mejorar la salud» de un herido «en caso de un mal lance», como resumió el conseller Santamaría.

También se prevé que el director del festejo tenga un papel más importe, con capacidad de interrumpir o cancelar una suelta de bous si detecta alguna irregularidad. Aunque todavía sin medidas concretas, se apuesta por que los organizadores del festejo tengan «más protagonismo en seguridad» para intentar que descienda el número de víctimas.

Trámites más simple

Celebrar bous requerirá el año próximo menos papeleo. De los once documentos que pueblos y peñas debían cumplimentar se pasa a cuatro: acreditar la contratación de un seguro, el certificado de barreras, el certificado médico y el contrato con el profesional en caso de instalación de plazas portátiles. El resto se reduce a la presentación de una declaración jurada.

La futura Ley de Señas de Identidad de la Comunitat declarará los bous como Bien de Interés Cultural (BIC). La fiesta recibirá el año próximo 150.000 euros de ayudas de la Generalitat. «Merecen nuestro apoyo. Los bous mueven 50 millones anuales y generan 6.300 empleos directos en hostelería», remarcó Santamaría.