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Parte de la mascletà disparada ayer en la plaza del Ayuntamiento. :: j. j. monzó
Reyes Martí alcanza el Olimpo

Reyes Martí alcanza el Olimpo

La plaza registra un lleno absoluto que se salda con el récord de atenciones de Cruz Roja, que alcanza las 128 asistencias en las postas

P. MORENO

Sábado, 18 de marzo 2017, 23:55

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«Es lo que toca, aquí no puedes venir el día 18 con cien kilos». Reyes Martí ya estaba en lo más alto, pero ayer llegó al Olimpo con 210 kilos de material pirotécnico, que se dice pronto. La plaza del Ayuntamiento tembló hasta los cimientos con todo tipo de efectos, truenos y ruidos, mucho de todo.

Hubo también tiempo para la emoción. El disparo estuvo dedicado a Susana, amiga íntima de Reyes y fallecida hace una semana. «Le he dicho a mi marido que hoy teníamos un ángel en el cielo para protegernos», dijo. Un ramo de flores en el centro de la explanada ofreció un sentido homenaje.

También fue una jornada de mucho trabajo para Cruz Roja. La plaza del Ayuntamiento estaba a reventar y eso se notó en las asistencias. Un total de 128 personas necesitaron cuidados médicos, de las que 106 fueron por lipotimias.

El alcalde Joan Ribó estuvo en primera línea, dentro de la zona de fuegos. «Cuando estudiaba la carrera me gustaba engancharme a la valla; la sensación desde cerca es más potente». Eso es lo que quiso sentir ayer, aunque quizás fue demasiado al tratarse de Reyes Martí.

«No he podido aguantar todo el rato y me he tenido que proteger los oídos, aunque no quería hacerlo», admitió. «He estado en el balcón de alcaldía, otros días aquí (en el balcón municipal), y también abajo, pero allí se nota más, la onda expansiva se nota en las piernas, eso entona», dijo entre risas. Le acompañaba el concejal de Control de Espacio Público, Carlos Galiana, quien ya tenía previsto bajar ayer. El edil tiene un fino olfato fallero y sabía que el espectáculo de la de Burriana es brutal de cerca.

«Me preguntaban qué iba a tirar hoy y decía que un poquito más», ironizó la pirotécnica, quien admitió que con la antigua catalogación de pesos del material, el total habría rozado el tope permitido. La parte final fue tan enorme que calculó que en sólo 35 segundos explotaron cien kilogramos de carga.

En total, mil unidades explosivas, una cantidad similar al castillo de fuegos artificiales que disparó la víspera en el paseo de la Alameda. El público tenía ganas de fiesta y coreaba brazos en alto el principio del espectáculo, todo un alarde técnico jalonado de humo amarillo y después marrón.

Y en la parte fuerte, cuando aquello ya no se podía medir en decibelios, Reyes Martí paseaba tranquilamente a sólo un metro de la jaula que encerraba a la bestia de pólvora. «Me ha encantado, estaba genial, tenía un ángel que me ayudaba mucho», recordando a su amiga. «Mis palabras son para ella. Susana, nos has ayudado».

El proyecto de la mascletà lo definió de una manera muy sencilla. «Hay que saborear el principio y después viene la morterá», sintetizó riéndose, aunque en realidad estaba pendiente hasta el último detalle, también con nervios.

«Los últimos 35 segundos hemos empleado tanto material como en el principio porque no podíamos romper las orejas tan pronto. Por eso lo hemos guardado para el final, para darle la vuelta a la plaza».

Otro detalle del espectáculo fue un ninot colocado junto a la puerta de la jaula. «Me lo han hecho unos artistas y esta tarde me lo dan en la falla porque lo han indultado, como me dijo el presidente. Lo pondré en la tienda, desde luego», dijo.

A Ribó lo vio durante el disparo «sorprendido y emocionado». Ella aguantó sin colocarse los auriculares, aunque para ello desveló un pequeño secreto. En lugar de taparse con las manos los oídos, es más efectivo colocar las manos delante en ángulo recto con la cara. «Así se rompe la onda expansiva». Donde lo tuvo más difícil fue a la hora de elegir qué fragmento le había gustado más. «Todo», fue la respuesta, dejando en el aire si en 2018 volverá a disparar el 8 de marzo. «Ya veremos», sentenció.

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