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ÁLEX SERRANO
VALENCIA.
Viernes, 16 de marzo 2018, 00:48
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En Convento Jerusalén, el segundo premio cayó con sorpresa. Esperaban el primero. Y es que esta comisión de la Roqueta, una de las más importantes de la ciudad, ya se llevó el pasado año el primero, con obra también de José Gallego. Este año no han podido revalidar el resultado, pero con la deportividad debida, el presidente, Santiago Ballester, la fallera mayor infantil, Hortensia Ferrer Roig, y el presidente infantil, Álvaro Lacruz Ots, se trasladaron a Maestro Gozalbo-Conde Altea para felicitar a la comisión de Gran Vía, que quedó segunda en 2017.
«Es un segundo premio, pero no está nada mal. Aspirábamos al primero», explicó Ballester tras volver de Maestro Gozalbo. De la misma opinión es José Gallego, que reconoce que cualquiera «podría haber ganado». «El nivel era muy alto», admitió el presidente, que indicó que la falla de Maestro Gozalbo «también es muy bonita». «La competitividad en Especial en infantil es tremenda. Estaba también Duque de Gaeta... hoy en día, estar en el podio es un éxito», dijo Ballester.
El año que viene repetirán con Gallego. El matrimonio entre el artista y la comisión goza de una salud inmejorable. «En principio sí hay acuerdo», dijo Gallego, mientras Ballester no dejaba ni un resquicio de duda sobre si renovarán con él: «Por supuesto. Es un primera espada. Su trabajo está ahí».
Convento, como siempre, juega para ganar. La falla que Gallego ha plantado por segundo año consecutivo lleva por título «Día a día», y en el particular estilo de este artista repasa una por una las estaciones del año, con los días mundiales reconocidos por los organismos internacionales. Aparecen en la falla personajes como Cronos y se recuerdan los días mundiales de la sonrisa, del ahorro, del sol, de la preservación de la capa de ozono, del libro infantil, de la danza y del padre, entre otros.
El segundo puesto no ha sentado mal en la comisión. Ayer, los dos casales bullían de actividad. Los polos verde oscuro de los miembros de Convento se veían por todas partes, admirando su «falleta» e insistiendo en la belleza plástica del monumento. En los corrillos se reconocía el mérito de otras comisiones, en este caso de Maestro Gozalbo-Conde Altea, que ya el año pasado rozó la gloria con el segundo.
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