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Borrando las huellas del 1-O

La jornada electoral en el instituto Jaume Balmes, uno de los centros donde hubo cargas policiales el pasado octubre, transcurre «en la más absoluta normalidad»

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Jueves, 21 de diciembre 2017, 16:29

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Largas colas para entrar a votar. La escena se ha repetido esta mañana en todos los colegios electorales de Barcelona. La afluencia de los catalanes a las urnas este 21 de diciembre está siendo masiva. A las puertas del instituto Jaume Balmes, en el barrio del Eixample Dreta, un grupo de ciudadanos espera pacientemente su turno para depositar su papeleta mientras varios periodistas japoneses graban la escena. Una imagen completamente distinta a las del pasado 1 de octubre. Aquel día, antidisturbios de la Policía Nacional acudieron a este centro para requisar las urnas y hubo cargas policiales.

Los apoderados de las distintas formaciones políticas entran y salen del centro educativo ayudando a todo aquel que lo necesita. El buen tono impera entre ellos y no se ha registrado ningún incidente. “La jornada está transcurriendo en las más absoluta normalidad”, nos reconoce una de las delegadas de Esquerra. Las cabinas para votar apenas se han utilizado, “la gente coge la papeleta sin el menor problema”, insiste el representante de Ciudadanos, que reconoce que fue increpado antes de conformar las mesas por uno de los suplentes pero le resta importancia. “Hoy nadie me va a amargar el día”, sonríe.

Esta vez se han imprimido y repartido muchos más justificantes para el trabajo que cuando los comicios son en domingo. “Nos lo ha pedido bastante gente a primera hora”, explica uno de los presidentes de mesa. Los trabajadores tienen derecho a un permiso de hasta cuatro horas que depende de la coincidencia de su jornada laboral con el horario de apertura de los colegios electorales. “Lo complicado no es organizarse para venir a votar sino con quién dejas a los niños”, reconoce Joan con su papeleta en la mano. Hoy es día no escolar en Cataluña, de ahí que sean muchos los abuelos que acuden con sus nietos a votar. Son los más solicitos para hablar con los encuestadores que hay a las puertas del centro. "No hemos parado en las dos horas que llevamos aquí. Se nota que hoy la gente tiene ganas de hablar", reconoce uno de ellos.

Apenas hay ostentación de amarillo -el color para pedir la libertad de 'los Jordis' y los exconsejeros encarcelados- por parte de los votantes. Tampoco se aprecia ningún reclamo electoral en los alrededores del centro, que vigila una patrulla de los Mossos. Ayer los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Barcelona tuvieron que retirar del suelo las decenas de huellas amarillas que aparecieron pintadas para recordar el 1-O. De ellas, no queda ni rastro.

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