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El bipartidismo gana sin contundencia

El bipartidismo gana sin contundencia

Las dos grandes formaciones, PP y PSOE, aguantan pese al surgimiento de nuevas opciones políticas

Joaquín Andreu Esteban

Martes, 26 de mayo 2015, 02:07

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El resultado del escrutinio de la noche del pasado domingo arroja un dato significativo como es que tanto Partido Popular como el PSOE se mantienen en su duelo bipartidista para ver quién se hace con el gobierno en la mayor parte de los 27 municipios de la Vega Baja.

Con excepciones hechas de localidades como Daya Nueva donde la independiente Trinidad Rodríguez volverá a ser la máxima autoridad local, o el caso de Pedro Zaplana con Alternativa por Catral, que sube de tres a seis ediles y se consolidará en la Alcaldía si renueva su pacto con los socialistas, el resto de municipios se quedarán en manos de las dos grandes marcas naciones, bien mediante pactos o porque han conseguido tanto PP como PSOE revalidar sus mayorías absolutas. Hasta once localidades se pueden ver envueltas en conversaciones de ambos partidos con candidaturas de uno y otro sesgo para buscar gobiernos estables aunque en una comarca como la Vega Baja las tendencias llegan a ser cambiantes a la vista de las mociones de censura que ya se produjeron en el ecuador de la pasada legislatura en algunas localidades, Dolores o Catral.

El más damnificado de esta pérdida de poder es el PP, que en el 2011 llegó a tener 201 actas de concejales en las 27 localidades y cuatro años después logra 154, una merma que sigue la tendencia generalizada de los populares a nivel nacional. Por contra la formación que lidera el rafaleño Manuel Pineda en la comarca logró en aquella ocasión 125 y ahora suma tres más, si bien fue incapaz de presentar una lista en Benijófar y estos ediles se reparten en un municipios menos. Al final los partidos independientes que hace cuatro años ya comenzaron a aparecer como opciones clave se mantienen en las mismas proporciones, con 45 representantes ahora y uno menos entonces, acaso porque la fuerza de opciones nuevas como las que presentan Ciudadanos, con quince representantes, o siglas afines a Podemos, con otras seis, les han restado fuerza para ser la bisagra que los partidos hegemónicos van a tener que necesitar.

Ciudadanos se convertirá en piedra de toque tanto en Orihuela como en Torrevieja, pero no lo será menos en Almoradí donde la candidatura que encabezó María Quiles llega para quedarse con tres actas, justo las mismas que pierde un PP que cambió de locomotora al no presentarse Antonio Ángel Hurtado a revalidar el cargo. Ahora es su sucesora, María Gómez, las que tendrá que vérselas con Quiles o con cualquier otra formación para buscar esa estabilidad que se les ha acabado después de varias legislaturas. Y la expopular, líder ahora de C's, es consciente de que es la piedra angular de cualquier decisión.

Sin menoscabo de lo que pueda ocurrir hasta el 13 de junio, la aspirante a la Alcaldía de los populares aseguró que «en pocos días llamaré a todas las fuerzas políticas porque en definitiva somos el partido que más voto ha obtenido» y reconoció que el aviso que han dado los vecinos hay que tomárselo en serio «como en otras localidades». La concejal de Hacienda en funciones aseguró que es el papel «que toca ahora y lo que quieren los ciudadanos» y que el diálogo «va a ser fundamental a partir de ahora porque se abre un tiempo nuevo y escucharé qué es lo que opinan y las decisiones que van a tomar». Asimismo entiende que la Alcaldía la debe ostentar quien ha sido la lista más votada y que el PP no ceda la autoridad local, afirmación que puede caer en saco roto si son capaces de entenderse a tres bandas Ciudadanos, PSOE e Izquierda Unida, aunque hechos más sorprendentes se han visto, en Orihuela en el 2011 sin ir más lejos.

Quiles mientras juega al despiste y aseguró que tiene claro «lo que no quiero hacer» sin más matices a su enigmática frase o si es partidaria de que gobierne la lista más votada. De momento remite a darse un respiro tras la campaña y saborear que casi por poco, ochenta votos, no se convierte en la segunda formación en la localidad por delante del PSOE.

Pero si el sobresalto lo tiene la popular María Gómez quien le ha quitado de un plumazo al PP esa zozobra en Bigastro es Teresa Belmonte. Esta ha logrado pese a no haber estado nunca en política, o a lo mejor por eso, conseguir una mayoría absoluta histórica lo que le permitirá gobernar sin tener que estar pendiente de polémicas en los plenos o acuerdos en contra de Unión Popular (Aurelio Murcia se deja una de sus dos actas de hace cuatro años) o socialistas, que se quedan como segunda fuerza por primera vez en la historia. Belmonte no quiso olvidarse del trabajo hecho por los ediles de su predecesora, Charo Bañuls, pero aseguró que es tiempo «de que los bigastrenses miren hacia el futuro» y se fija por meta que el municipio deje de ser centro de polémicas, además de que el empleo y la recuperación económica sean la clave de la legislatura.

Quien parece incombustibe es Ignacio Ramos en Pilar de la Horadada, que logra de nuevo poner al PSOE como fuerza más votada, aunque tendrá que entenderse con la única formación satélite de Podemos que tiene capacidad de decidir un gobierno, Vecinos por Pilar con José Francisco Albaladejo al frente. Ramos se coloca con diez ediles, dos más que en el anterior mandato de las urnas, y deja al PP sin margen de maniobra con Unión Pilareña, además de que aseguró que es factible gobernar en coalición o con acuerdos puntuales «teniendo en cuenta que los ciudadanos son lo primero y el empleo».

Alcalde y diputado a la vez

Otro socialista satisfecho es Manuel Pineda, que revalida el gobierno en Rafal, y el resultado en los feudos tradicionales del PSOE, así como la posibilidad de que cuajen otros gobiernos mediante suma con otras formaciones, «lo que demuestra que los socialistas hemos hecho bien nuestro trabajo». El que será también diputado autonómico compaginará ambos cargos porque dice que es la mejor manera de representar a la comarca «ahora que va a haber un cambio en la Generalitat» que dio por hecho.

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