Los valencianos se refugian en planes de pensiones

A diferencia de años anteriores, en la Comunitat se han creado nuevos tramos y ha subido el tipo marginal a partir de rentas de 50.000 euros, llegando al 48% en las más altas. El abogado de PwC Tax&Legal Services, Alberto Tortosa, advierte cómo la valenciana se sitúa entre las autonomías con mayores tipos, frente a, por ejemplo, Madrid, donde las rentas más altas pagan un 43%.

Los más dinámicos en buscar soluciones han sido especialmente los contribuyentes que han visto incrementar el tipo que se les aplica en su tramo o, directamente, han pasado a un tramo superior aunque no ganen ni un euro más.

A pesar de que hasta los 50.000 euros anuales se han producido bajadas del tipo, que a partir de esa cantidad se ha ido creciendo hasta dispararse respecto al pasado año fiscal cuando se han superado los 70.000 euros anuales. A modo de ejemplos y con el fin de ser prácticos, los cambios establecidos hacen que un contribuyente que ha ganado 12.000 euros anuales pague unos 235 euros menos al mes frente a 2016. Sin embargo, en el caso de los que reciban 17.000 euros, el ahorro se modera hasta los 19,6 euros al mes.

A partir de ahí, por los desajustes en el cambio de escala (ya que se ha pasado de cinco a seis tramos y se han cambiado los límites), un contribuyente que declare 30.000 euros ve reducido su IRPF mensual en 21,8 euros, frente a los 26,7 de los que ganan 17.000 y los 41,5 euros mensuales menos que se restarán quien gane 45.000 euros, los más beneficiados por el cambio.

Quien haya ganado entre 50.000 y 60.000 euros anules paga al menos unos 10 euros más, pero la cosa se dispara en los 70.000 euros, los 120.000 y los 170.000 (antigua base más alta), donde se pagará al mes 118, 302 y 294 euros más.

Las cuentas del Consell pasaban porque el recorte de las rentas más bajas del IRPF le supusiera una bajada de ingresos por esa vía de 81 millones. Sin embargo, estimaba compensarlos con lo que ganara en las herencias y las rentas superiores al tramo de 50.000 euros anuales hasta recaudar 86 millones: un saldo de alrededor de 5 millones netos. Sin embargo, las medidas de optimización fiscal (especialmente con aportaciones a planes de pensiones) pueden recortar esas previsiones.

Por otro lado, el experto Alberto Tortosa señala que las deducciones autonómicas han crecido en número, pero con un efecto mínimo. Es el caso de las creadas a cambio de la inversión en conservación o mejora de la vivienda habitual y por cantidades destinadas a abonos culturales, así como el incremento del porcentaje de deducciones en caso de inversiones en el hogar para el aprovechamiento de las energías renovables.

El fruto de estos cambios, que se aprobaron hace más de un año, no podrá recogerlos el Consell hasta el año 2019, que es cuando el Estado liquide la renta de este año que termina. Sin embargo, otra modificación fiscal que sí le está rentando al Gobierno de Ximo Puig son los recortes en las bonificaciones que hasta 2016 había en los impuestos de Donaciones y Sucesiones.

En el caso de las herencias, se ha duplicado la factura fiscal, al rebajarse la bonificación del 75% al 50%. En las donaciones el impacto ha sido muy superior, ya que se ha multiplicado por cuatro lo que se pagaba, al dejar de estar bonificado frente al 75% de gracia de la que disponía. Sin embargo, no son iguales uno y otro caso ya que las donaciones son voluntarias y menos numeras que las herencias.