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Una oficina de Martinsa-Fadesa sin trabajadores. Efe

La CEOE aboga por contratos de formación sin límite de edad y becarios sin sueldo

Piden ampliar este contrato a los parados de larga duración y rechazan obligar a las empresas a pagar a los estudiantes en prácticas

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Miércoles, 21 de febrero 2018, 14:13

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Un contrato para la formación para cualquier parado sin límite de edad y unos becarios con más años y sin sueldo, al menos no de forma obligatoria. Esto es lo que pide la CEOE al Gobierno en el informe titulado 'El aprendizaje: clave de la mejora de la empleabilidad y la competitividad' que fue aprobado por la Junta de la CEOE celebrada la semana pasada y que ya han remitido tanto al secretario de Estado de Empleo, Juan Pablo Riesgo, como al de Educación, Marcial Marín, según confirmaron a este periódico fuentes de la patronal.

Se trata, por tanto, de un posicionamiento de cara a dos de los contratos que están estudiando de cara a una posible mejora y simplificación en la mesa de calidad por el empleo, aunque por el momento la patronal niega que ya haya sido presentado en la negociación tripartita ni siquiera comentado con los sindicatos.

Los empresarios quieren que se elimine el requisito de edad del contrato para la formación y aprendizaje, de forma que pueda “ser utilizado también para aquellos trabajadores, cualquiera que sea su edad, que hubieran sido despedidos en sectores en declive, con el fin de que puedan orientar sus conocimientos hacia una nueva profesión”. Concretamente, la propuesta que hace la CEOE es modificar el marco normativo para que este tipo de contratos se dirija principalmente a los mayores de 45 años, demandantes de empleo, y que hayan agotado la prestación por desempleo, por lo que vendría a ser una especie de solución para el elevado paro de larga duración que todavía persiste en el país y para los que la reinserción en el mercado laboral es muy difícil. Y es que actualmente son casi 900.000 personas las que están en esta situación -según los datos a cierre de año de la Encuesta de Población Activa (EPA)-, lo que supone que prácticamente uno de cada cuatro desempleados (un 23,6%) supera la barrera de los 45 y lleva más de un año buscando trabajo sin conseguirlo.

Los empresarios argumentan que el criterio de edad es “excluyente” y defienden que prime la “carencia de capacidades para el desempeño del puesto de trabajo”. A su vez, defienden que tampoco debería haber “una barrera de entrada para aquellos que, después de haber salido del sistema educativo, decidieran realizar un ciclo de formación profesional dual”. En este sentido, piden flexibilizar la duración mínima de un año del contrato para los casos de incorporación de estudiantes de títulos de formación profesional dual, pues apuntan que en estos casos la estancia del alumno en la empresa es inferior a un año (algo que no permite este tipo de contrato).

Asimismo, la patronal exige eliminar las restricciones de estos contratos para realizar trabajos a turnos o con nocturnidad y horas extra.

El contrato de formación, en horas bajas

Hasta ahora el contrato de formación está reservado para menores de 30 años (el límite estaba fijado en 25 años, pero se extendió a los 30 hasta que la tasa de paro no baje del 15%) que no tengan una cualificación para el desempeño de ese trabajo. De esta forma, el empleado combina la formación académica con la actividad laboral retribuida (normalmente con una remuneración similar al salario mínimo interprofesional, que actualmente está fijado en 735,9 euros al mes repartidos en 14 pagas). Pero a las importantes deducciones fiscales que este tipo de contrato supone para la empresa, su evolución ha sido “desfavorable debido a las dificultades asociadas a su utilización”, tal y como recoge el estudio, que precisa que se ha pasado de firmar en 2015 175.000 contratos de formación a sumar a duras penas 48.000 en 2017, es decir, casi cuatro veces menos.

La CEOE también hace una serie de propuestas para regular las prácticas laborales de los estudiantes y, de igual manera, pide flexibilizarlas. Así, aboga por que “no deben regularse normativamente percepciones económicas para los estudiantes en prácticas que puedan limitar la capacidad de la empresa de acoger estudiantes en prácticas”, así como insta al Gobierno a ampliar la edad de acceso a las prácticas no laborales en el caso de los jóvenes con titulación universitaria y sin experiencia, que actualmente sitúan entre 18 y 25 años, así como que puedan trabajar también en fin de semana o poder rescindirles el contrato antes de tiempo si alguna de las partes no está satisfecho.

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