La ofensiva de Trump pone en peligro 46.000 vehículos de Ford y el negocio de motores

Esos vínculos comerciales con la cuna de su matriz convierten a Almussafes en la planta automovilística española más afectada por esta medida. Según trasladan a LAS PROVINCIAS desde Cámara Valencia, de la fábrica de Ford proceden cerca del 80% de las exportaciones españolas de vehículos a EE UU, que superaron los 580 millones de euros en 2017. El resto corresponde a la factoría de Mercedes en Vitoria.

Los expertos consultados apuntan que si bien Donald Trump estaría utilizando esa medida para forzar a Canadá y México a aceptar las nuevas condiciones impuestas para reformar el Tratado de Libre Comercio, su aplicación puede generar una guerra comercial en un sector tan importante en las relaciones comerciales internacionales como el del automóvil y sus componentes.

En la práctica, la subida del 2,5% al 25% del arancel que Estados Unidos aplica a la importación de vehículos procedentes de Europa supondría un sustancial aumento de los precios en ese mercado y, por tanto, una pérdida de competitividad con respecto a los automóviles producidos en suelo americano.

Desde la Cámara precisan que esa situación podría afectar de forma más significativa a los vehículos de gama media, como la Transit Connect, ya que en ese segmento la competencia es mayor y una variación en precios puede ser decisiva.

Un día después de que Trump elevase su desafío comercial a la Unión Europea y desatase la preocupación en el entorno de Ford, la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, visitaba ayer la planta acompañada por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, con el director de Fabricación de Ford España, Dionisio Campos, como anfitrión.

Además de conocer de primera mano las instalaciones, Malmström tomó buena nota de la preocupación por el impacto del 'Brexit' o los nuevos aranceles de Estados Unidos en las exportaciones. Según Carlos Faubel, responsable del sindicato mayoritario en la planta, le trasladaron su preocupación por la incertidumbre en Reino Unido, donde destinan cerca del 15% de la producción, agravada ahora por la amenaza de Trump de subir los aranceles a un mercado clave en vehículos y, más aún, en motores y sus piezas.

A falta de ver si se cumplen esos pronósticos y afectan a los componentes o sólo a vehículos terminados, Faubel asegura que «a corto plazo no preocupa» la continuidad de la planta de motores, que envía el 90% de su producción a Estados Unidos. «La inversión está hecha y se va a lanzar un motor pero no son buenas noticias, sobre todo ahora que depende prácticamente de ese mercado», admitió, mientras la empresa declinaba opinar sobre este tema.

Ximo Puig, por su parte, apeló a que «la Comisión Europea sea sensible a la realidad industrial» de la Comunitat, con Ford como pieza fundamental de la reindustrialización, en un contexto con «problemas que están ahí, como la situación de Estados Unidos, que plantea nuevos aranceles que serían perjudiciales, la de Rusia y, por supuesto, el 'Brexit', que ya está afectando a nuestras exportaciones».