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De las naranjas al azulejo y el petróleo

De las naranjas al azulejo y el petróleo

El Puerto de Castellón nace en 1902 vinculado a los cítricos y se consolida con la industria de la cerámica

M. C.

Sábado, 21 de marzo 2015, 00:26

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Una instalación ya centenaria. El puerto de Castellón nace en 1891 con la colocación de la primera piedra para la construcción del muelle de Levante, que se convertirá en el origen de una infraestructura que a lo largo de los años se ha convertido en vital para la economía de la provincia. No fue sin embargo hasta 1902, cuando se constituyó la junta de obras del puerto, la que gestionaría esos primeros trabajos en el Grao de Castellón.

La necesidad de construir una infraestructura portuaria tiene mucho que ver con esa vocación exportadora de Castellón. Durante los primeros años fue el sector agrario, más concretamente el sector cítrico, el que experimentó un importante auge, y que generó una burguesía agraria que ya no tenía entre sus objetivos la producción propia, sino la exportación de todos los excedentes. Había ya una especialización agraria que ya en el último cuarto del siglo XIX permitió que se enviaran toneladas de naranjas por mar hacia los principales mercados europeos. Hacía unos cuantos años que el puerto de Valencia ya estaba trabajando de esta forma, también por la especialización agraria en la Ribera o Requena y Utiel con la uva.

Fue el ingeniero José Serrano Lloberes quien redactó en 1906 el proyecto general del puerto. Ese mismo año ya se habían movido más de 60.000 toneladas de mercancías, y, en 1912, más de 80.000, un crecimiento espectacular. Y la naranja representaba más del 80 % de ese movimiento anual, pero también los envíos de azulejos procedentes de las fábricas de Onda que ya empezaban a despuntar, y que posteriormente se han convertido en el principal motor económico de la provincia.

Como en el resto de Europa, la Primera Guerra Mundial (1914-1918) produjo una profunda crisis del tráfico marítimo a escala internacional, que sin embargo en los años 30, gracias a la recuperación económica de la década anterior, obliga al puerto a ampliar sus instalaciones. Se contemplaba la prolongación de la escollera de Levante para hacer operativo el antepuerto una vez construido el muelle transversal. Otra guerra, en este caso la Guerra Civil, dejó el puerto sin prácticamente movimientos.

En los años 60 el puerto tuvo que vivir otra profunda crisis, debido a que los exportadores preferían la carretera y el ferrocarril para la exportación de cítricos. Solamente la importancia creciente de la flota pesquera permitió que el puerto sobreviviera, pero con una casi inexistente actividad comercial.

La crisis, que tuvo su punto álgido en 1964, se superó también gracias a la actividad de las empresas desguazadoras de buques que proporcionaron ingresos a la economía portuaria. Fue sin embargo gracias a grandes industrias que se ubicaron en la zona, como Fertiberia, las que permitieron un relanzamiento del puerto. El proceso de industrialización de Castellón contribuyó al crecimiento de la infraestructura portuaria. Fue en 1967 cuando se pone en marcha la refinería de petróleos y la consolidación del polígono del Serrallo con la planta de producción de caprolactama y, posteriormente, la central térmica, así como un espectacular desarrollo del sector cerámico.

El nacimiento y consolidación de la refinería, la única en la Comunitat Valenciana, dio el impulso definitivo al puerto de Castellón, que tiene en ella a su mejor cliente, sin olvidar la actividad industrial del sector cerámico de la Plana. En 1999 se inicia una nueva etapa con la inauguración del muelle de la Cerámica.

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