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Ceder el agua que no se utiliza

Ceder el agua que no se utiliza

Fenacore considera que favorecer esta práctica permitiría resolver muchas situaciones de extrema escasez de caudales por la sequía y se salvarían cultivos Los regantes piden al Gobierno que se facilite el préstamo de derechos de agua

V. LLADRÓ

VALENCIA.

Lunes, 16 de octubre 2017, 00:58

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El presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), Andrés del Campo, ha propuesto a la Administración hidrológica que se flexibilicen los criterios para permitir la cesión temporal de derechos del uso del agua entre cuencas. Una medida que permitiría que agricultores sin agua para poder atender sus cultivos en marcha pudieran disponer de caudales de otros productores que no estén interesados en utilizarlos en ese momento.

Dicha cesión se haría a cambio de pagar por el agua conseguida, como de hecho ya se viene haciendo en algunos casos. Un ejemplo clásico es el de la comunidad de regantes de Estremera, en el sureste de Madrid, que en diversas ocasiones -este año también- ha acordado la 'venta' de parte del agua del Tajo a la que tiene derecho a regantes de Alicante y Murcia que dependen del trasvase Tajo-Segura.

De esta manera, los agricultores que compran el agua se aseguran los recursos indispensables para completar sus ciclos productivos de frutas y hortalizas, mientras que los agricultores que ceden su caudal a cambio del cobro de las cantidades de dinero acordadas se aseguran una rentabilidad que puede llegar a ser superior a la que obtendrían con los cultivos que son posibles en sus fincas. La climatología y los mercados condicionan en gran medida diferencias de partida.

Una hectárea de regadío genera una renta cuatro veces superior a la de secano

Bancos de agua

Andrés del Campo ha matizado, al realizar su propuesta de flexibilización de normativas para permitir el préstamo o cesión de derechos de agua, que se aplicaría en las cuencas -Júcar, Segura y Duero- que sufren mayor escasez, donde ya se han establecido los llamados 'decretos de sequía'. Estos decretos tratan de establecer en la práctica medidas extraordinarias que permitan en lo posible resolver situaciones que se presentan muy problemáticas, y Fenacore apunta que una de las salidas, siempre que sea posible, es la de facilitar la cesión temporal de derechos de agua. Algunos los llaman 'bancos de agua'.

Sin embargo la Administración no acaba de ver con suficiente satisfacción tal propuesta; le pesan las presiones de los grupos ecologistas. Desde el punto de vista práctico no hay dudas: conviene aprovechar toda el agua que se pueda; pero luego están las cuestiones de tipo medioambiental, que es donde arrecian las citadas presiones.

Caudales ecológicos

Por ejemplo, en este momento está suspendido el trasvase 'normal' Tajo-Segura porque los embalses de cabecera del Tajo (Entrepeñas y Buendía) están por debajo del nivel requerido. Sin embargo, si unos regantes del Segura les compran agua a otros del Tajo -como ya ha ocurrido-, ese caudal fluye por el canal del trasvase y deja de ir por el cauce del Tajo, lo que levanta quejas alarmadas. Las protestas se generalizan entre quienes exigen mínimos caudales ecológicos en los ríos o ven peligrar negocios turísticos y de ocio junto a los embalses de partida.

Intereses encontrados entre ecologistas, agricultores y empresarios de otros sectores.

El presidente de Fenacores ha puesto de manifiesto que flexibilizando la cesión temporal de derechos no sólo se eliminarían tensiones por el reparto de agua, sino que se beneficiaría a ambas partes: unos podrían seguir produciendo y otros recibirían una justa transferencia de recursos económicos que podrían destinar a modernizar zonas regables, utilizando la tecnología que le permita conseguir una mayor eficiencia en la gestión y ahorrando caudales en el futuro.

Fenacore considera que ante el largo periodo de sequía que se padece es necesario «huir de soluciones improvisadas, que suelen tener además mayor coste económico, y poner en marcha un plan de medidas estructurales que permita actuar con anticipación para prevenir los efectos económicos adversos de la sequía». Como medida extraordinaria inmediata reclama que se aplique menos rigor en cuanto a caudales ecológicos, permitiendo el uso del agua para producir.

Advierten los regantes que lo más probable es que el año próximo haya restricciones en casi todas las cuencas, lo que obligará a los agricultores a adaptar sus cultivos, con el consiguiente impacto negativo no sólo en el sector agrario sino en todo el complejo agroalimentario asociado. Sin agua para regar, en infinidad de casos «será necesario apostar por cultivos de secano en zonas de regadío, de manera que se reducirán los ingresos brutos para el agricultor».

Fenacore recuerda al respecto que «una hectárea de regadío produce hasta seis veces más que una de secano y genera una renta cuatro veces superior». Además, el regadío permite optar entre una «mayor diversidad de producciones».

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