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V. LLADRÓ
Sábado, 18 de noviembre 2017, 01:10
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valencia. Si el caqui ha venido siendo en los últimos años una de las pocas producciones agrarias que ofrecía aceptables márgenes de rentabilidad, acaba de entrar por primera vez en el listado de cultivos en crisis, que abarca a casi la totalidad. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) informó ayer de el caqui «afronta este año una campaña extremadamente difícil, a juzgar por el desplome que han sufrido sus cotizaciones en origen, situándose por debajo de los costes de producción y por tanto en pérdidas para los agricultores».
AVA destaca que «por primera vez desde que el cultivo de caqui inició una nueva y fructífera era en su historia, tras la implantación y desarrollo de innovadoras técnicas de post cosecha en la variedad 'Rojo brillante', hace unos veinte años, los precios en el campo se sitúan por debajo de los gastos de cultivo».
Las ofertas que están recibiendo los agricultores «difícilmente superan los 18 céntimos de euro por kilo», cuando el coste se sitúa «en torno a los 22 céntimos». También señala AVA que no se trata de casos aislados, sino que «la coyuntura bajista de los precios se ha generalizado en todas las zonas productoras de caqui ante la inquietud creciente de un sector que asiste atónito a un cambio de tendencia cuyas causas últimas no responden a la lógica interna del mercado».
Para muchos este desenlace estaba anunciado desde hace tiempo, incluso hubo agoreros que parecían empeñados en que llegara una racha mala para esta fruta, y aducían continuamente que se estaba plantando en exceso. De hecho, muchas cooperativas ya vienen años recomendando derivar a otras producciones.
Sin embargo, AVA asegura que «lo que está sucediendo este año en los precios del caqui no se corresponde con un aumento desmesurado de la producción que empuje las cotizaciones en origen a la baja». Recuerda que «la actual cosecha es similar a la del ejercicio anterior y se mantiene, por tanto, alrededor de las 300.000 toneladas, una cantidad que hasta la fecha se había encauzado en términos satisfactorios».
«Buena prueba de que las condiciones objetivas del mercado no han variado de un año a otro -razona AVA- es que los consumidores siguen pagando el precio del caqui en una horquilla que varía, en función de los diferentes tipos de establecimientos, entre 1,45 y 2,25 euros por kilo; es decir, que el precio para el público sigue siendo el mismo que en años anteriores, pero la cotización que está percibiendo el productor se ha reducido drásticamente».
El valor que alcanzaba el caqui en origen durante los tres últimos ejercicios superaba los 0,30 céntimos por kilo, lo cual, respecto a los precios de este año, supone una caída de un 40%. El presidente de AVA, Cristóbal Aguado, señala que «la penosa situación que se está creando en torno al caqui es completamente artificial; no es de recibo que los consumidores paguen lo mismo que otros años, mientras que los productores ven cómo se hunden sus cotizaciones por debajo de los costes de producción. No sabemos con exactitud si lo que está ocurriendo está motivado por el egoísmo desmesurado de ciertas empresas o por la gestión incompetente de algunas otras».
AVA ha hecho un llamamiento a todos los productores de caqui «para que se mantengan firmes, no regalen la fruta y defiendan los precios, que no se dejen engañar por cantos de sirena y voces interesadas porque hay demanda para esta fruta».
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