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Mónica Bragado, presidenta del Consejo Social de la UPV, en las instalaciones de la universidad. :: damián torres
Mónica Bragado: «La Universidad ha de premiar la eficiencia y la competitividad»

Mónica Bragado: «La Universidad ha de premiar la eficiencia y la competitividad»

La presidenta del Consejo Social de la UPV señala que «existe una alarma» porque cada año «decrece el interés» de los jóvenes por titulaciones tecnológicas

ELISABETH RODRÍGUEZ

Lunes, 15 de mayo 2017, 20:30

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El Consejo Social de la Universidad Politécnica de Valencia, que funciona como nexo de unión entre el mundo laboral y el académico, disfruta de un momento dulce plagado de iniciativas enfocadas a la preparación de los futuros profesionales. Sin embargo, sigue teniendo una asignatura pendiente: la financiación. La presidenta del ente y ejecutiva de la empresa Celestica, Mónica Bragado, insta a que la universidad premie la eficiencia y la competitividad al igual que ocurre en las empresas privadas.

¿Qué balance hace del consejo desde que llegó al cargo hace más de tres años?

Una de las metas que hemos conseguido desde entonces es pasar de ocho patronos a veinte. Esto nos ha permitido tener más formación para los universitarios. En estos momentos, los patronos representan diferentes sectores industriales de la Comunitat y nos han ayudado a conseguir una formación práctica, enfocada al emprendimiento y a la dirección empresarial. Es la única cátedra que da una formación transversal a todas las carreras.

¿Cómo ha contribuido esta formación en la empleabilidad de los alumnos?

El nivel de empleabilidad de la UPV es del 40%, que supone que los estudiantes encuentran trabajo a los tres meses de terminar su carrera. Cabe añadir que la cátedra tiene dos vertientes: el fomento del emprendimiento y los cursos de formación. En cuanto a la primera, podemos constatar el nacimiento de 'startups' como, por ejemplo, Kibi, que nació en la cátedra y que ahora está en la incubadora 'StartUPV' recogiendo sus primeros éxitos. Por lo que respecta a la segunda vertiente, hay listas de espera para acceder a estos cursos de formación por su perfil práctico. Incluso, algunos alumnos han sido automáticamente seleccionados e incorporados a empresas que son patronos de la cátedra.

¿Cuáles son las principales iniciativas del consejo?

Una de las más novedosas es el fondo Tech Transfer, en marcha desde hace un año. La inversión prevista es de seis millones de euros en 21 empresas emergentes. A día de hoy hay tres operaciones aprobadas, con un compromiso de inversión de 800.000 euros. Una de ellas es Quibim, una 'spin off' del Instituto de Investigación Sanitaria de la Fe. La primera inversión en este caso es de 550.00 euros. Se ha abierto la tercera convocatoria y entre los inversores destacan firmas como Air Nostrum, Ibi, Grupo Citrosol, S2Grupo, entre otras, así como el Consell a través del Instituto Valenciano de Finanzas. Hay que señalar que se tratan de inversiones con una rentabilidad asegurada.

¿El vivero de la UPV puede hacerle la competencia a la Marina de Empresas en ese sentido?

Es cierto que ambos son fondos de inversión en transferencia de tecnología, pero son complementarios. La Marina está más centrada en las TIC -Tecnologías de la Información y la Comunicación-, mientras que la politécnica se dirige a un perfil más industrial y al campo 'biotech'. Hemos apostado por proyectos que generen tejido empresarial.

¿Cómo ha evolucionado el mecenazgo durante la crisis?

Hay mucho camino por recorrer. Crear una unidad de mecenazgo forma parte del plan estratégico de 2020. Nuestra aspiración es el modelo anglosajón. Allí, la universidad funciona como una empresa privada en la que se premia la eficiencia y la competitividad. En una empresa pública, a día de hoy, no existen mecanismos para trabajar de esa manera.

¿Debería una universidad funcionar como una empresa entonces?

Cuando estamos hablando de dinero público, no. Lo que me gustaría es seleccionar lo mejor de todos los mundos. Pero sería muy interesante que se premie la eficiencia y la competitividad.

¿El Consell ha mejorado los presupuestos para las universidades?

Seguimos con unos presupuestos muy conservadores. El 27 de abril tuvimos el pleno del Consejo Social, donde aprobamos las cuentas de 2016, y se cerraron con 311 millones de euros aproximadamente. Es decir, muy continuista. Lo que estamos demandando es volver a las cifras de 2010.

¿Cuál es la principal inquietud de los empresarios presentes en el consejo?

Lo que más preocupa a los patronos es la adecuación entre la oferta universitaria y las necesidades del mercado laboral. Existe una alarma porque hay una brecha entre el mundo académico y laboral sobre todo en titulaciones tecnológicas. Estamos viendo que, año tras año, está decreciendo el interés por las vocaciones tecnológicas. A esto se suma la brecha de género, que pretendemos combatir sobre todo en las ingenierías.

¿Han implementado alguna medida para paliar esa situación?

Hemos puesto en marcha 'Jóvenes hacia Steam' -ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas, por sus siglas en inglés-. Consiste en mostrar a los jóvenes de la ESO las salidas laborales de estos campos a la vez que haríamos ver a las empresas la necesidad de incorporar estos perfiles. También trabajamos en otras iniciativas, como ImpulsaT UPV, una plataforma 'online' que lanzaremos en 2018 para mejorar la empleabilidad.

Como ejecutiva en Celestica, ¿qué claves destaca para que la industria valenciana compita con China?

La crisis ha servido de operación limpieza. La empresa que ha resistido a ella se ha hecho mucho más eficiente y competitiva. En Valencia hemos conseguido reducir costes pero vía eficiencia y hemos apostado por el valor añadido a través del diseño y la ingeniería. Sin la crisis hubiéramos seguido como empresa manufacturera y la competencia china nos habría hecho salir del mercado.

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