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La productividad de las inversiones en España cae un 45% desde 1980 por el peso del ladrillo

La apuesta por los activos inmobiliarios se ha reducido desde la crisis, pero todavía suponen un 85% del stock de capital

David Valera

Lunes, 10 de abril 2017, 15:08

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La economía española tiene un problema de productividad. Sin embargo, la principal causa de este bajo rendimiento se debe en mayor medida a los bajos resultados de la inversiones de capital, cuya eficacia se ha reducido un 45% desde 1980 por culpa, sobre todo, de la excesiva dependencia del ladrillo. Por contra, la productividad del trabajo ha avanzado un 33% en las últimas tes décadas, según el estudio presentado hoy por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE).

En los últimos 30 años el PIB de la economía española ha crecido un 75% (una media del 2,2% al año), pero la productividad se ha reducido una media anual del 0,2%. Y el informe señala a la trayectoria negativa de la inversión del capital, tanto material (infraestructuras, vivienda...) como inmaterial (I+D+i). Según el estudio la razón de este bajo rendimiento se debe a la sobreinversión en activos inmobiliarios durante el boom de la construcción. Y es que estas inversiones se basaban en expectativas de revalorización de estos inmuebles por el paso del tiempo, no por su productividad. Evidentemente, con la crisis su rentabilidad se desplomó por la caída de precios del sector.

Este fuerte hundimiento de los activos tarda en digerirse. Así, la fuerte y malograda apuesta por este tipo de inversiones permanece durante largo tiempo en los balances de las empresas de forma negativa, ya que las naves, locales o infraestructuras realizadas o no pueden venderse o si lo hacen es a costa de pérdidas. En este sentido, aunque el stock de capital se ha reducido en 10 puntos desde 2007, los activos relacionados con la construcción todavía representan casi el 85% del capital.

Otra causa de esta baja productividad se debe, según el estudio, a las características del tejido productivo y que afectan a la calidad de los proyectos y dificultan el aprovechamiento del esfuerzo inversor. Entre ellos se encuentra el tamaño insuficiente de las empresas, la especialización en actividades de bajo contenido tecnológico (véase la construcción) y el insuficiente capital humano de los equipos de dirección.

Más maquinaria

La orientación de nuestras inversiones han sido claramente mejorables. No han generado el valor añadido que sería de esperar, ha explicado el profesor Francisco Pérez, director de investigación del IVIE. Sin embargo, la crisis ha supuesto un punto de inflexión. A partir de 2008 la inversión se reduce por las dificultades económicas, pero se reorienta hacia capitales más productivos como la maquinaría, las tecnologías de la información y comunicación y la investigación.

De hecho, desde 2013 la inversión en maquinaria supera a la inversión en vivienda, cuyo peso se ha hundido casi un 50%. Por contra, la inversión industrial es la que más crece y ya supera un 20% los niveles precrisis. Por su puesto, la leve recuperación sólo se nota en la inversión privada, ya que la pública sigue en retroceso.

Hay un cambio alentador hacia un nuevo patrón inversor. Es positivo, pero todavía insuficiente, ha explicado el profesor del IVIE Lorenzo Serrano, otro de los autores del informe. En este sentido, España ha pasado de dedicar a la I+D un 2% del PIB en el periodo 2000-2007 a un 2,8% en el plazo 2008-2016. Sin embargo, esa cifra sigue muy lejos de la destinada en países como Alemania (3,5%), Francia (5%) o Reino Unido (3,7%). La brecha todavía es mayor si se compara con EE UU (5%) o Suecia (6,3%).

Para tratar de impulsar estas mejoras el estudio propone centrar el esfuerzo inversor en los activos más productivos como la maquinaria y la investigación. Acelerar la amortización de los activos improductivos y transformar el tejido empresarial mediante el aumento del tamaño de las empresas, mejorar la formación de empleados y directivos, reformas regulatorias que impulsen la productividad y realizar una selección rigurosa de infraestructuras.

Las comunidades más productivas

Por comunidades autónomas, la mayor productividad de sus inversiones son aquellas que alcanzan mayores niveles de renta por habitante. Así, País Vasco obtiene un 120% de productividad, seguido de la Comunidad de Madrid (117,5%), Cataluña (108,1%) y Navarra (102,3%). Son las cuatro regiones que superan la media nacional. Cerca de ella se quedan La Rioja (98,3%), Aragón (97,6%), Andalucía (95,4%) y Baleares (94,8%).

Con una menor productividad se encuentran Galicia (93,2%), Comunidad Valenciana (92,8%), Canarias (91,9%) y Cantabria (88,2%). Los peores datos son para Murcia y Asturias (ambas con 87,8%), Castilla y León (85,5%), Extremadura (80,3%) y Castilla-La Mancha (78,8%).

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