Secciones
Servicios
Destacamos
Á.M.
Domingo, 26 de febrero 2017, 00:28
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
valencia. No suele decir una palabra más alta que otra, igual que no tira puntada sin hilo. En un mundo al borde del colapso como el de las patronales valencianas, tomó el relevo de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) de José Vicente González, que ya estaba en la autonómica Cierval, y seis años después ha tenido que hacer lo mismo con esta última, como quien pesca restos de naufragio.
Con la autonómica en liquidación, su organización irá heredando desde el 3 de marzo las funciones que su antigua hermana mayor tiene que ir perdiendo para que la CEV se convierta en la representante autonómica de los empresarios valencianos ante la Administración y ante los sindicatos, para unas cosas enemigos, pero para otras compañeros de viaje.
A sus 53 años, muchos le consideran uno de los últimos eslabones de una tradición de empresarios de raza, que aprendieron a hacer empresa desde abajo y casi desde la cuna. De hecho, su experiencia laboral comenzó con 15 años, cuando abandonó los estudios, entró en nómina de la empresa de transporte en la que trabajaba su padre y en la que conoció a la que después sería su mujer y donde siguió durante tres décadas.
Su vida transcurría como asalariado hasta que en 1994, una sucesión de circunstancias le llevaron a saltar la barrera y pasar a dar más órdenes que a recibirlas. A la crisis económica se había sumado en la compañía la lucha entre los herederos del antiguo dueño. Esos escenarios suelen acabar mal, pero Navarro consiguió convencerles para vender, con la ayuda de un socio, y tomó las riendas de la empresa hasta hacerla crecer y volverla atractiva para otras operaciones. Esta situación acabó con la integración de la firma en CBL Logística, de la que se convirtió en socio y delegado en la Comunitat.
Aunque ya con eso parecía acabar una historia, lo cierto es que no pasaría mucho tiempo hasta que su vida volviera a dar un vuelco. Desde principios de siglo había entrado en la representación empresarial, hasta ser vicepresidente de la asociación de las pymes, Cepimev. Su trabajo había sido intenso y discreto, haciendo buenas migas con José Vicente Morata, entonces su presidente y compañero en el consejo de la mutua Umivale.
Los juegos de poder empresarial se pusieron en marcha y Morata pasó a ocupar la presidencia de Cámara Valencia, al retirarse el histórico Arturo Virosque y tras acordar con José Vicente González (entonces presidente de CEV), un reparto de responsabilidades. Esto situó a Navarro al frente de Cepimev, permitiéndole de paso una sincera proximidad a González, que terminaría cediéndole el mando de la patronal valenciana.
Era 2011, pero su cabeza no estaba sólo para las cosas de patronos y patronales, sino también para sus propios negocios. Deja CBL Logística, la empresa hasta entonces de su vida, y pasa a presidir Ade Logística, especializada en el transporte especializado de productos fitosanitarios y químicos, para constituir un año después Excelitas Global, una consultora para el desarrollo de organizaciones.
La vida le había enseñado y ya desde la treintena, al ejercicio profesional había sumado el interés por el estudio y la formación, cursando la especialización ejecutiva en la Cámara de Comercio y en distintas escuelas de negocio como Esade, Edem o el Instituto de la Empresa (IE).
Discreto y tranquilo, no oculta su pasión por las motos, que ejerce con gusto. Prácticamente no coge el coche y se mueve en moto tanto para trabajar como en vacaciones, cuando disfruta de largos viajes no exentos de aventura.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
¿Cómo llegó una valla de obra a lo alto del Acueducto?
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.