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Cómo heredar más y pagar menos

Cómo heredar más y pagar menos

El Consell restringió los beneficios a las firmas que facturen hasta diez millones pero las de mayor tamaño pueden tener bonificación estatal

INÉS HERRERO

Domingo, 19 de febrero 2017, 21:48

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Heredar siempre cuesta dinero, pero es mucho más barato recibir participaciones en empresas (como ocurre con muchas grandes fortunas) que dinero en metálico, aunque el valor de las dos herencias sea idéntico. La factura se encarece en función del lugar de residencia, con diferencias abismales entre comunidades, y también cuanto más lejano sea el parentesco con el fallecido y cuanto mayor sea tanto la fortuna que se herede, como la que se tuviese antes de recibir ese legado. Para una misma persona, el coste también varía drásticamente según lo que esté heredando.

En la Comunitat, heredar 600.000 euros en metálico (en cuentas o depósitos) costaría entre 25.000 y 30.000 euros a un hijo de diez años, dependiendo del patrimonio que ya tenga, y de 58.000 a 70.000 al cónyuge o a un hijo mayor de 21 años. En cambio, no pagarían ni un euro por recibir la misma cantidad en participaciones de una empresa familiar. Esto se debe a la reducción del 95% del valor a gravar que se aplica a las transmisiones de compañías de la que se tiene al menos un 5% del capital individualmente o un 20% el grupo familiar.

Malvender para pagar

Esta bonificación, que suele abaratar la factura fiscal para las grandes fortunas al tributar sólo por un 5% del valor, se creó para proteger al tejido empresarial y salvaguardar la continuidad del negocio. «No tendría ninguna lógica que después de toda una vida construyendo una empresa, los parientes que la heredan tuviesen que desguazarla o malvenderla para pagar el impuesto», argumenta Miguel Ángel Galán, socio del área fiscal de Olleros Abogados.

Hasta el 31 de diciembre, esa reducción del 95% existía tanto a nivel nacional como autonómico pero el Consell la restringió a aquellas que no superen un volumen de negocio de diez millones. Las de mayor tamaño, desde enero, sólo tienen opción de acudir al incentivo estatal, con requisitos más duros, como tener que mantener la empresa diez años, no cinco, y justificar que más de la mitad de los rendimientos procedan de dirigirla.

Heredar una empresa que factura diez millones, con la reducción valenciana ahora ampliada hasta los sobrinos, le costaría de 38.000 a 46.000 euros al hijo de diez años y entre 85.000 y 102.000 euros al cónyuge viudo o al hijo mayor de 21. En cambio, si percibiesen en metálico esos diez millones, el coste se dispararía a un mínimo de 844.000 euros para el hijo menor y a entre 1,7 y dos millones para el cónyuge y los hijos mayores de 21.

En todos los supuestos anteriores se descontaron los 100.000 euros generales por parentesco. En caso de que el legado incluya la vivienda habitual del fallecido, sólo se pagan impuestos por el 5% de su valor -como en las empresas-, lo que permite restar de la cuantía a abonar hasta 150.000 euros por heredero.

La factura fiscal se triplica cuando heredan sobrinos del fallecido, en vez de hijos, como en el caso de Juan Luis Gómez-Trenor. Al no tener descendientes, la hermana y los once sobrinos del fallecido tendrán bonificado el 95% del valor de las participaciones societarias a heredar, que suponen la mayoría de su fortuna, estimada en hasta 2.300 millones de euros por Forbes, la segunda más grande de la Comunitat.

Eso recortará el montante a ingresar por las arcas públicas con la liquidación del impuesto de sucesiones de los Gómez-Trenor, pero sólo el relativo a la transmisión de acciones en Coca-Cola European Partners y Ebro Foods. Para el dinero en metálico y los múltiples inmuebles a repartir, previsiblemente se aplicaría el tipo máximo del 34% -fijado para montantes a partir de 781.916 euros- y un coeficiente corrector que, automáticamente, duplica la cuantía que pagarían si fuesen hijos en vez de sobrinos, asumiendo que todos tengan un patrimonio previo de 3,9 millones.

La brecha se aprecia también en la simulación de herencia de 600.000 euros realizada por Olleros Abogados. Donde un hijo mayor de 21 años pagaría entre 58.000 y 70.000 euros por ese legado en metálico, a un sobrino le costaría entre 232.000 y 279.000 si es en efectivo y entre 7.500 y 9.000 euros si son acciones.

Por el legado de diez millones, la factura fiscal para los sobrinos sería de entre 5,5 y 6,5 millones si es en depósitos, con un tipo medio del 52,9% y 63,5%, respectivamente, e iría de 320.000 a 384.000 euros en el caso de participaciones. Esa cuantía supondría abonar apenas entre el 3,11% y el 3,73% de lo heredado, una carga mucho más liviana, aún en el caso de sumarle el 23% que deberían pagar por las ganancias que obtuviesen, años después, al vender las participaciones heredadas.

Donaciones envenenadas

También cabe recordar que, desde el pasado 1 de enero, heredar cuesta el doble en la Comunitat porque el Consell redujo del 75% al 50% la bonificación para hijos mayores de 21 años, cónyuges y ascendientes. En las donaciones de padres a hijos, la factura fiscal se disparó al cuádruple al suprimir la bonificación en cuota del 75% y, de ahí, que repuntasen un 151% en diciembre, de 1.960 a 4.921, según datos del Colegio Notarial. Al respecto Pedro Gil, de Cuatrecasas, advierte de que «las donaciones hay que mirarlas con lupa, incluso en la empresa familiar, porque pueden ser un regalo envenenado», al estar sujetas a otros tributos como el IRPF.

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