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Viejos olivos muertos por la Xylella en Apulia, Italia. :: ivia
La agricultura de California convive con la bacteria Xylella desde hace 60 años

La agricultura de California convive con la bacteria Xylella desde hace 60 años

Los Agrónomos piden prudencia ante la peligrosa dolencia que mata olivos y otros cultivos y reivindican su papel en los planes técnicos de contención

V. LLADRÓ

Miércoles, 8 de febrero 2017, 23:42

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En California existen muchas plantaciones de almendros afectadas de la bacteria Xylella Fastidiosa desde hace 60 años y, sin embargo, aquel estado norteamericano sigue siendo líder mundial en producción y exportación de almendras. La clave está, según ha puesto de manifiesto el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Levante (Coial), en no caer en alarmismos y aprender a convivir con dicha dolencia, aplicando mucha prudencia y, desde luego, efectivos planes de control, detección y contención.

Al igual que el ejemplo de California, donde es evidente que saben convivir con la Xylella, es notable el de Italia, puesto que -recuerda el Coial- la bacteria llegó allí en 1992, aunque los daños en olivos no se hicieron palpables hasta 2013. Es decir, no hubo una súbita 'explosión', sino que se fue extendiendo durante años, y quizá se podría haber hecho algo más para frenar allí su avance de haberse implantado medidas apropiadas. Ahora cunde la alerta en España, tras haberse detectado en Mallorca, pero afortunadamente se cuenta aquí con suficientes avisos; queda esperar que se actúe en consecuencia.

La organización profesional de los agrónomos valencianos remarca además que esta enfermedad, que puede afectar a más de trescientas especies vegetales, tiene un gran número de subespecies, se transmite con la ayuda de una importante diversidad de insectos vectores y muestra distintos grados de agresividad o virulencia, dependiendo no sólo de la raza del patógeno sino también de «otros problemas agronómicos asociados, como el estrés hídrico, ataques previos de otras plagas o enfermedades, abandono del cultivo, plantaciones envejecidas...»

Para Baldomero Segura, presidente del Coial, es muy importante aplicar «la experiencia atesorada, porque la enfermedad ha venido para quedarse y podría convertirse en un problema económico si no se afronta con rigor y profesionalidad». De ahí la relevancia de «aprender a convivir con esta bacteria oportunista, tal como hicimos con otras plagas y enfermedades, como la 'tristeza' de los cítricos». Y por ello reivindican los agrónomos su papel para aplicar con profesionalidad, conocimiento y eficacia los necesarios planes de control, vigilancia y contención.

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