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INÉS HERRERO
Sábado, 10 de diciembre 2016, 00:19
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valencia. Vicente Lladró, el menor de los tres fundadores de la empresa de porcelana decorativa, aprueba los planes de PHI Industrial para relanzar la histórica firma, aunque insiste en que él «no la vendería ni por todo el dinero del mundo».
«Yo sólo quiero que no se muera, no verla enterrada», subrayó ayer a LAS PROVINCIAS el veterano empresario, que hace apenas un mes temía la llegada de un «buitre financiero» pero ahora, tras conocer los planes del comprador, afirma que «si alguien la salva, puede ser lo menos malo». En cualquier caso, él ha decidido no asistir a la junta en la que se votará la venta, convocada para el próximo 5 de enero pero que espera que «se celebre antes», y que sean sus hijos quienes trasladen sus reticencias sobre la operación al resto de la familia y, después, «voten lo que ellos crean oportuno».
«Yo votaría en contra porque para mí es como un hijo y si hubiera querido vender la empresa para sacar dinero, lo habría hecho hace años y ahora sería multimillonario», sentenció el empresario, que lamenta la deriva emprendida desde que, en 2007, los tres hermanos se repartieron el negocio y Juan, el mayor, se quedó el 70% de la matriz de Lladró.
«Por un plato de lentejas»
«No comprendo que la empresa más preciosa la quieran vender por un plato de lentejas, como hizo Jacob con su primogenitura», subrayó el menor de los Lladró Dolz. A su juicio, la cantidad ofertada -que eludió precisar por la cláusula de confidencialidad- «es pequeña, entre otras cosas porque se ha quitado todo el patrimonio», aunque recalca que a él no le importa el precio propuesto, sino que Lladró se recupere y los trabajadores conserven su empleo.
A su juicio, las causas del declive son la subida de precios y el abandono de las piezas clásicas. En este sentido, valora los planes del comprador y que mantenga una plantilla «capaz de sacar la empresa adelante». «Por lo que dice, me parece una persona con un perfil práctico, pues resalta las piezas de más prestigio, que si las unimos a las más comerciales, el resultado sería una marca rentable», recalca. Según Lladró, «incomprensiblemente se han anulado muchas piezas comerciales» en los últimos años y «si se produjesen de nuevo, serían muy competitivas, se duplicarían las ventas y bajarían los gastos generales a la mitad».
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