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El nuevo orden del azulejo

El sector cerámico afianza su crecimiento tras haber perdido el 46% de los trabajadores y un 37% de las empresas durante los años de crisis

INÉS HERRERO

Domingo, 22 de mayo 2016, 22:24

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El sector del azulejo español, con un 90% de la fabricación concentrada en la provincia de Castellón, ha acusado fuertemente los años de la crisis y, desde 2006, la cifra de trabajadores se ha reducido prácticamente a la mitad y cuatro de cada diez empresas han desaparecido. Según datos facilitados a LAS PROVINCIAS por Ascer, en ese periodo se ha pasado de 234 a las 146 compañías censadas a 2015 y de 27.000 a 14.500 empleos directos.

En la actualidad, sin embargo, se encuentra inmerso en una etapa de estabilidad, con un moderado crecimiento que se afianza año a año desde que la producción tocó fondo en 2009 e invirtió la tendencia decreciente iniciada a partir de 2006, cuando alcanzó su pico de fabricación, con 608 millones de metros cuadrados.

En tres años, se desplomó hasta los 324 millones de metros cuadrados, mientras que el ejercicio 2015 se cerró con 440 millones de metros cuadrados de azulejos fabricados, un nivel de producción similar al de hace 20 años, lejos todavía de las cifras cosechadas en época de bonanza aunque con un crecimiento sostenido y datos clave, como el incremento del peso de las exportaciones en la facturación del 55 al 80%.

El sector azulejero español es el primer productor europeo y el segundo exportador mundial, un posicionamiento que ha mantenido en los últimos años gracias a sus esfuerzos para adaptarse a la nueva coyuntura y conquistar nuevos mercados para compensar la caída de las ventas nacionales, todo ello acompañado de «una mejora de la eficiencia y un ajuste de costes durísimo».

Así lo constata Bernardo Vargas, socio responsable de KPMG en la Comunitat, que desde hace dos décadas realiza una radiografía del sector a partir del análisis de los datos de 21 grandes empresas, un listado del que ha salido una decena de nombres desde 2006, bien por caída de facturación o por la concentración de la producción cerámica a través de operaciones como la entrada en el accionariado de Zirconio del grupo Malasio Niro en 2013 y en el de Keraben del norteamericano Tensile un año después o las compras protagonizadas por Pamesa, con la adjudicación de TAU Cerámica como último episodio de su estrategia para afianzarse a la cabeza del sector.

Primero Navarti, ahora TAU

El grupo industrial que preside Fernando Roig a punto estuvo en 2007 de pasar a manos del fondo de capital riesgo Valanza, de BBVA, pero la operación no cuajó y después fue Pamesa quien se convirtió en comprador de firmas como Navarti, que diez años antes había adquirido Gres de Valls a Uralita, y ahora, de la unidad productiva de Taulell S.L. y su valiosa marca TAU Cerámica, que llegó a tener 1.200 trabajadores y a situarse en el podium de fabricantes. La crisis, no obstante, le llevó a reducir su plantilla a 143 personas y su facturación, de 128 millones en 2008 a menos de 30 el pasado año.

En la actualidad, Pamesa lidera las ventas españolas de producto cerámico, con 60,5 millones de metros cuadrados comercializados en 2015, el 14% del total del sector, y también encabeza el ranking de azulejeras españolas en términos de facturación individual, seguido por dos empresas del grupo Porcelanosa, Porcelanosa y Venís, que juntas tampoco superan al grupo de Roig.

Con la adquisición de TAU, que se podría formalizar el próximo 1 de junio, Pamesa quiere relanzar la histórica azulejera castellonense y ponerla «a pleno rendimiento lo antes posible», lo que pasa por arrancar los dos hornos que estaban parados y las turbinas de cogeneración e ir renovando progresivamente maquinaria obsoleta, con previsión de alcanzar su capacidad máxima «a finales de 2017» y elevar las ventas de Pamesa hasta aglutinar «entre un 15 y un 17%» del total del sector. Los cuatro hornos de TAU producirían 20.000 metros cuadrados diarios, igual que dos de última generación.

Una de las alternativas que baraja es dedicar esta planta a baldosas 'slim', de gran formato (tres metros por metro o metro y medio), lo que la convertiría en punta de lanza de innovación tecnológica. Con estos planes en mente, Pamesa se ha impuesto al resto de aspirantes con una oferta de 5,5 millones, más el compromiso de levantar la hipoteca de la planta -cercana a 14 millones- e invertir entre 15 y 20 millones, respaldada por los bancos y la plantilla.

Más movimientos

Esta operación llega en un contexto de temor a la competencia china, mientras el mercado nacional da síntomas de recuperación y las principales firmas del sector crecen en ventas, productividad y también en beneficio, en torno a un 11,7%, hasta los 98,8 millones en 2014, con sólo tres de esas 21 firmas en pérdidas.

Además, vuelven a crear empleo y reducen su endeudamiento, con una rentabilidad creciente que convierte al sector en objetivo de inversores internacionales y promete más movimientos e inversiones, ya no tanto buscando gangas sino la competitividad y la proyección exterior de las azulejeras, apuntan desde KPMG. Ascer también opina que la entrada de financiación «es síntoma de que es una actividad con futuro».

Entre los retos del azulejo, Vargas cita la inestabilidad geopolítica, los costes energéticos y laborales y «aumentar el valor añadido, no sólo producir por producir», a lo que desde CC OO-PV agregan frenar la «competencia desleal de empresas 'low cost' que incumplen el convenio».

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