Borrar
Histórica sede central de Caixa Ontinyent en esta localidad valenciana.
El último reducto de las cajas valencianas

El último reducto de las cajas valencianas

Caixa Ontinyent ha pasado de ser la hermana menor del sistema financiero autonómico a convertirse en la única superviviente

álvaro mohorte

Martes, 3 de mayo 2016, 21:22

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La historia de Caixa Ontinyent durante la bonanza, la burbuja y el desplome financiero valenciano parece un cuento de Hans Christian Andersen. Tras la primera fiebre de fusiones entre entidades que agitó el sistema financiero en los años ochenta, la Comunitat Valenciana había situado a dos entidades entre las cinco cajas de ahorro más relevantes de España y ambas se habían abierto un hueco en la nómina de las 10 principales entidades financieras del país, sólo superadas por Santander, BBVA, La Caixa y Caja Madrid.

Jugadores de primera división de la economía nacional, Bancaja y CAM hicieron que su participación en grandes proyectos e iniciativas en España fuera habitual; contaban con participación y representantes en los consejos de administración de compañías punteras en energía y en múltiples sectores clave; bajo distintas fórmulas salían a bolsa y situaban oficinas en lugares en los que hasta entonces ninguna entidad española había llegado, como ocurrió en 2004 con Bancaja al desembarcar en Shangai (China).

Sin embargo, en la capital de la Vall d'Albaida, la tercera entidad financiera de la Comunitat Valenciana observaba esos movimientos como algo ajeno. Ellos eran otra cosa. Aunque a sus espaldas sumaban más de cien años de historia, entendían su actividad como un trabajo más modesto, de hormiga. Avanzar a pasos cortos y lentos, pero seguros.

El final del cuento llegó en 2011, cuando el invierno hizo acto de presencia en toda su crudeza. Aunque se había intentado poner paños caliente con una intensa guerra por el pasivo de los ahorradores y una forzada estrategia de fusiones, los que en más de un caso llegaron a mirarla por encima del hombro a la pequeña caja onteniense, ahora sentían el vértigo de no haber aprendido a volar tan alto.

Ante los riesgos que pronosticaba el Banco Central Europeo, el Banco de España hacía poco que había tomado cartas en el asunto y había integrado a Bancaja en Bankia, mientras que la CAM había estado a punto de integrarse en una alianza similar, si no fuera porque los otros socios cuestionaban sus cuentas (con razón, como luego se vio).

Sin embargo, Caixa Ontinyent pudo afrontar el futuro en solitario y aún hoy no contempla ninguna posibilidad de fusionarse (como le pasa a Caixa Pollença, la otra superviviente). Desde su dirección se advierte que ya se adaptará «a cualquier entorno» para seguir cumpliendo sus objetivos de caja de ahorros y obra social en beneficio de su zona de influencia, como aseguran sus responsables.

De hecho, la función y los objetivos de la entidad están claros: la caja de ahorros se fundó en 1884 para que los habitantes de la comarca tuvieran un lugar seguro donde depositar sus ahorros, para apoyar la actividad emprendedora y de las familias, y reinvertir los resultados en obras sociales. 132 años después no considera que tenga que cambiar sus objetivos ni ampliar sus horizontes.

Respecto a su obra social, más de 250.000 personas fueron beneficiarias directas de las iniciativas realizadas en 2015. Esta actuación ha posibilitado el desarrollo de 261 actividades en las comarcas centrales valencianas en colaboración con 170 colectivos, y que han permitido el mantenimiento de 199 puestos de trabajo estable y directo en la zona.

La inversión realizada ha ascendido a 832.000 euros, un 15% más que en 2014, y se ha dividido en el mantenimiento de los centros implantados (25 centros sociales, asistenciales, culturales y deportivos en 13 localidades); la investigación y divulgación de temas autóctonos a través de publicaciones; y la colaboración con colectivos, esencial para dinamizar el asociacionismo y propiciar actuaciones de carácter asistencial, docente, cultural, medioambiental y recreativo, que este año ha alcanzado a 170 colectivos.

Para el 2016 se prevé una continuidad en esta línea, con más énfasis en las actuaciones educativas, especialmente en cuanto a innovación y emprendedurismo asociados a la formación universitaria. También se potencia la actividad asistencial con la disposición de nuevos inmuebles para la futura ampliación del CRIS de Ontinyent (Centro de Rehabilitación e Integración Social) y aportación de nuevos recursos en diferentes localidades.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios