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Cambio de tubería en 1968 para ampliar la capacidad de la red.:: lp
150 años de agua potable en Valencia

150 años de agua potable en Valencia

La herencia de un canónigo permitió el comienzo de las obras para el suministro hídrico de la ciudad a mediados del siglo XIX

M. J. CARCHANO

Sábado, 27 de junio 2015, 00:02

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No hay que remontarse mucho tiempo atrás para encontrar una Valencia donde no había suministro de agua potable, las calles eran de tierra, el alcantarillado era a todas luces insuficiente y las condiciones higiénicas eran deplorables. En el siglo XIX la ciudad de Valencia era una ciudad amurallada, abastecida por el río Turia, que la rodeaba. En ese siglo el aumento de la población se desborda, y el recinto amurallado no permite el crecimiento de la ciudad, donde la gente vivía hacinada y la propagación de enfermedades era constante. Precisamente las epidemias de cólera que diezmaban cada tanto la sociedad valenciana obligaron a las autoridades a plantearse un proyecto de abastecimiento de agua potable. Así lo cuentan los investigadores José Antonio Palomero y Patricia Alvariño en un artículo que todavía no ha sido publicado, 'Historia de la Potabilización en Valencia', que vino de la mano de la empresa que ahora se denomina Aguas de Valencia.

El movimiento higienista que se había extendido por Europa, y que vinculaba todas las enfermedades que se extendían cada cierto tiempo entre la población con las condiciones higiénicas que existían en las ciudades, llegó a Valencia en el siglo XIX. Según relatan en su artículo los dos autores, «el origen del abastecimiento de agua potable en Valencia fue la muerte del canónigo Mariano Liñán en 1846, que deja en herencia 28.000 duros en deuda pública francesa». Nombró como albacea a su hermano y le impuso la condición de financiar el suministro a la ciudad para que las obras comenzasen antes de un año; si no era así, el dinero pasaría a la Beneficencia.

Para llevar a cabo esta gran obra, que debía pasar necesariamente por tratar el agua desde su captación hasta crear una red de abastecimiento, se forma una comisión formada por el Ayuntamiento de Valencia, la Sociedad Económica de Amigos del País y el hermano del canónigo Liñán. La reina Isabel II concede el permiso para crear la red y la planta de abastecimiento para la ciudad, y se decide que la toma se realice en el río Turia.

Pero la cantidad económica que legó el canónigo era a todas luces insuficiente para la gran obra que suponía. Así que el Marqués de Campo, entonces alcalde de Valencia, crea una sociedad anónima para que particulares aporten un dinero que se retornaría mediante impuestos a la ciudad, y conseguir así la financiación del proyecto. Con el tiempo, José Campo deja la alcaldía y se erige presidente de la 'Conducción de agua potable a la ciudad de Valencia SA'. Una personalidad determinante sin duda para la modernización de una urbe que a mediados del siglo XIX salió del letargo con la llegada del ferrocarril, el tranvía, el derribo de las murallas y su ensanche, el alumbrado de gas o el adoquinamiento de las calles.

Los autores de la tesis destacan precisamente este hecho, el que fuera la iniciativa privada la que se hiciera cargo de un servicio tan básico como era el suministro de agua potable, un hecho que 150 años después continúa ocurriendo: pese a que son los Ayuntamientos quienes tienen la responsabilidad de prestar ese servicio, se deja en manos privadas por «no tener capacidad económica». En Valencia es una empresa mixta participada por Aguas de Valencia y el Ayuntamiento, llamada Emivasa. En decenas de municipios, principalmente de Valencia y Alicante es la empresa Hidraqua quien se encarga del suministro.

Entre 1845 y 1850 se construye el azud de la Presa, una balsa de decantación y un acueducto que a través de dos tuberías llegan hasta un depósito en Mislata y parten hacia la ciudad por la calle Quart y la calle Caballeros, abasteciendo una media docena de fuentes bebedero; una de las primeras fue la fuente de la plaza del Negrito, antigua plaza de Calatrava.

Contaminantes

La red de distribución de agua presentaba gran cantidad de fugas, lo cual facilitaba la entrada de contaminantes orgánicos, según explican José Antonio Palomero y Patricia Alvariño. Los materiales de las tuberías, al inicio de plomo, además, reaccionaban con el agua, añadiendo contaminantes químicos que empeoraban la calidad del agua.

La demanda crece entre 1850 y 1878 en la ciudad, el sistema es insuficiente y el Ayuntamiento pide a la empresa que aumente tanto la calidad como la cantidad de agua que suministra. Este momento coincide con la desaparición de las murallas y los planes de ensanche. Se realizó rodeando por el sur el casco antiguo, y comprendía una gran área extramuros entre la línea de la antigua muralla, donde se trazó la calle Colón, y la Gran Vía Marqués del Turia. En 1880 se hace una fuerte inversión en mejorar los filtros y la red de la ciudad para subsanar los problemas de calidad y pérdidas de las aguas en la red de abastecimiento. A pesar de estas medidas, en la tesis relatan cómo fueron claramente insuficientes, porque entre 1884 y 1885 hay varias epidemias de cólera en las que murieron 30.000 valencianos.

Esta situación provoca que se ejecute un nuevo proyecto para incrementar el caudal, la presión y la calidad del agua, el depósito de Sant Onofre de Quart de Poblet, balsas de decantación en la Presa y mejoras en los filtros de Manises. Pero en esta época la ciudad sigue creciendo a un ritmo acelerado y las mejoras no son suficientes, lo que obliga a la población a consumir agua de pozos que provoca una nueva epidemia de cólera en 1890. Una gran polémica obliga al Ayuntamiento y a Aguas Potables y Mejoras de Valencia a crear un abastecimiento completamente nuevo.

Nuevo proyecto

El proyecto se aprueba en 1904. La inversión se financia con una nueva concesión a 90 años, que finalizó en marzo de 2003. Las obras se ejecutan durante cuatro años, y consisten en un nuevo sistema de potabilización, construcción de la sala de bombas (hoy en día en servicio), conducción en presión desde la Presa hasta Valencia y renovación de gran parte de la red interior de la ciudad. La antigua instalación se utilizó para riego y baldeo a partir de 1908.

Estas inversiones se financian alargando la concesión del servicio público al gestor, por ello en el caso de Valencia la empresa que gestiona este servicio es la misma desde 1904, con sus diferentes cambios accionariales y de nombres desde 'Conducción de agua potable a la ciudad de Valencia SA' hasta el actual 'Grupo Aguas de Valencia'.

Tras sucesivas mejoras en la red de suministro, en 1978 se considera que el agua del Turia puede que no sea suficiente para abastecer a la ciudad y se construye el canal Júcar-Turia, para que la Presa pueda captar los caudales sobrantes. Este canal va desde el pantano de Tous hasta la planta. Dos años después se construye la planta potabilizadora el Realón en Picassent, que coge el agua sólo del canal, ampliando la capacidad y garantía de suministro a la ciudad de Valencia y su área metropolitana. Al funcionar por gravedad se convierte en una planta eficiente desde el punto de vista energético.

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