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El ministro griego de Finanzas, Yanis Varufakis.
Varoufakis quiere un «banco malo» para Grecia

Varoufakis quiere un «banco malo» para Grecia

El ministro de Finanzas heleno estudia nuevas fórmulas para fomentar la recuperación del país heleno

AGENCIAS

Miércoles, 6 de mayo 2015, 10:31

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El ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, ha planteado la necesidad de estudiar fórmulas que permitan a Grecia recuperarse y crecer de forma sostenible, para lo que propone fundar un banco de desarrollo que movilice los recursos públicos disponibles, así como un 'banco malo' que retire la carga que suponen los activos tóxicos para el sector financiero del país heleno.

"Será necesario crear dos nuevas instituciones públicas que trabajen codo a codo con el sector privado y las instituciones europeas: un banco de desarrollo que aproveche los activos públicos y un "banco malo" que permita al sistema bancario salir de la gran carga que significan sus activos improductivos y volver a dar crédito a las empresas rentables y orientadas a la exportación", plantea Varoufakis en un artículo publicado en la web Project Syndicate.

En este sentido, el banco de desarrollo permitiría el apalancamiento de las garantías comprendidas por el patrimonio que el Estado haya conservado tras las privatizaciones, además de otros activos, así como una vinculación del sector privado griego con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y los 315.000 millones de euros del plan Juncker.

Por su parte, según Varoufakis, el 'banco malo' ayudaría al sector financiero, que en la crisis se recapitalizó gracias al aporte de los contribuyentes griegos, a cambiar su carga heredada de morosidad y desatascar su entramado financiero."Como consecuencia del efecto beneficioso del banco de desarrollo, regresarían los flujos del crédito y las inversiones a los hasta ahora áridos terrenos de la economía griega, ayudando con el tiempo a que el 'banco malo' pueda llegar a dar beneficios y convertirse en 'bueno'.

Mientras tanto, el ministro griego apunta que los dividendos del banco de desarrollo se canalizarían a los fondos de pensiones, "abruptamente descapitalizados en 2012". "Es fácil imaginar una Grecia en fuerte recuperación como resultado de esta estrategia", afirma Varoufakis, quien considera que "en un mundo de rendimientos extremadamente bajos, se la vería como una excelente oportunidad y recibiría un flujo constante de inversión extranjera directa".

Sin embargo, para evitar la aparición de otro "esquema Ponzi" de crecimiento soportado por el endudamiento, el ministro señala la necesidad de reformar la economía social y el sistema político del país. "La creación de nuevas burbujas no es la idea que nuestro Gobierno tiene del desarrollo", añade.

Impuestos al FMI

Grecia ha vuelto hoy a cumplir con sus acreedores al pagar un tramo al Fondo Monetario Internacional (FMI) de 200 millones de euros, lo que acrecienta aún más la asfixia financiera en un momento en que el acuerdo con los socios parece volver a alejarse.

Al igual que en los desembolsos anteriores -Grecia ha abonado ya 6.000 millones de euros desde comienzos de año en obligaciones a sus acreedores- el pago se hará efectivo a las 13.00 GMT, la hora de apertura de los bancos en Nueva York.

El pago demuestra que por ahora el Gobierno todavía no se encuentra ante la disyuntiva de tener que optar entre hacer frente a sus compromisos internacionales y pagar salarios y pensiones. El martes próximo deberá abonar 760 millones de euros, también al FMI, justo un día después de que en Bruselas se celebre un Eurogrupo del que nadie espera ya una decisión que permita el desbloqueo de los 7.200 millones de euros pendientes del rescate.

La troika responde a Atenas

Mientras Varoufakis celebraba reuniones varias en París y Bruselas, y el viceprimer ministro, Yanis Dragasakis, hablaba en Fráncfort con el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, el Gobierno sorprendió ayer con una extrema crítica hacia los acreedores. El tono era diametralmente opuesto al optimismo expuesto hasta ahora y contrastaba también con las declaraciones de Varoufakis y Dragasakis al término de sus respectivas reuniones.

El Gobierno atribuía la falta de acuerdo a un disenso interno entre la Comisión Europea (CE) y el Fondo Monetario Internacional. "Bajo estas circunstancias no es posible un acuerdo", dijo el Ejecutivo, que añadió que "la imposibilidad de un compromiso es responsabilidad exclusiva de las instituciones y de su incapacidad de conciliar sus posiciones" respecto a estos temas.

El Ejecutivo aseguró que mientras el FMI está dispuesto a negociar el superávit primario y una posible quita de la deuda, y a cambio se muestra firme en exigir reformas en materia laboral y pensiones, la CE se niega a negociar lo primero, pero se muestra receptiva a considerar las propuestas de Atenas respecto a lo segundo.

Las instituciones de la troika han respondido este miércoles a las acusaciones del Gobierno heleno subrayando que comparten el "objetivo común" de ayudar a Atenas. "La Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional comparten el mismo objetivo de ayudar a Grecia a lograr la estabilidad financiera y el crecimiento", han asegurado las tres instituciones en una breve declaración conjunta. "Las instituciones continúan trabajando estrechamente juntas para lograr este objetivo. Las tres instituciones trabajan duro para lograr progresos concretos el 11 de marzo", concluye la breve declaración.

Próximos pagos

Por ahora no hay ninguna declaración oficial sobre cómo piensa el Gobierno hacer frente a sus próximos pagos, pero prueba de que las expectativas no son demasiado optimistas de cara a un próximo desembolso del rescate es el intenso trabajo diplomático por conseguir que el BCE mejore la liquidez de este país.

La reunión de Dragasakis con Draghi ayer iba destinada a ello. El Gobierno confía en que el BCE al menos no aseste un golpe adicional a la liquidez de los bancos, deteriorando la calidad de los colaterales (activos que sirven como garantía).

Toda la lucha por mejorar la liquidez y obtener el rescate pendiente, sin embargo, tan solo puede suponer un alivio momentáneo, pues sin ayuda adicional, en forma de tercer rescate u otro modelo, Grecia no podrá sobrevivir los próximos meses. De aquí a finales de agosto, el Estado griego debe devolver un total de 21.600 millones de euros, entre créditos al FMI, al eurosistema y vencimiento de Letras del Tesoro. La factura no incluye el gasto corriente ordinario, ni el pago de salarios, pensiones y seguridad social, todo ello en un momento en que la economía ha vuelto a entrar en recesión.

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